La revolución de la inteligencia artificial (IA) también está llegando a las fábricas, donde las empresas confían en esta tecnología para mejorar su eficiencia.
En la feria de Hanóver (Alemania), un encuentro internacional de tecnologías industriales que se celebró esta semana, el entusiasmo por el potencial de la IA generativa estuvo en todas las conversaciones.
Tableta en mano, un joven empleado de la empresa estadounidense de servicios informáticos Hewlett-Packard Enterprises (HPE) dialoga con un asistente virtual equipado con una IA generativa, que aprende de los datos existentes para generar nuevos contenidos. Su objetivo es hacer funcionar el brazo articulado de un robot.
Para resolver un problema técnico, «los obreros de una fábrica no necesitan hacer venir un experto calificado al sitio, la inteligencia artificial se encarga», explica Thomas Meier, analista de datos de HPE que vino a la feria a presentar un prototipo.
El grupo estadounidense, con unos 60.000 empleados, colabora desde hace un año con la empresa emergente alemana Aleph Alpha, con un equipo de 50 personas y considerada uno de los principales competidores europeos de ChatGPT, el robot conversacional desarrollado por OpenAI.
La aplicación industrial de HPE utiliza el lenguaje y las imágenes para comunicarse con los empleados de una fábrica.
Puede, por ejemplo, enviar una foto de una máquina para que el propio programa detecte errores o valide su instalación.
– Datos europeos –
«A diferencia de ChatGPT, nuestro programa puede rastrear los datos que lo llevaron a tomar su decisión», dice Meier, vestido con una chaqueta tradicional bávara.
Aunque Aleph Alpha logró recaudar 28 millones de euros (31 millones de dólares) hasta la fecha, está lejos de los miles de millones de euros recaudados por OpenAI, financiada por Microsoft.
La compañía de Heidelberg destaca un activo que podría marcar la diferencia: mantener los datos de sus clientes en Europa.
La autoridad italiana de protección de datos bloqueó en marzo el uso de ChatGPT al que acusa de no respetar las normas europeas sobre recopilación y almacenamiento masivo de datos.
El director general de Aleph Alpha, Jonas Andrulis, pide que Europa «no solo ponga su energía en la regulación, sino también en la creación».
«La contribución europea a la IA no de ser solo una barrera contra cookies», dijo a la AFP en una entrevista telefónica.
En otro puesto de la feria, el gigante alemán Siemens expone una aplicación de IA para optimizar el funcionamiento de fábricas.
En asociación con Microsoft, el conglomerado industrial promete lanzar este año una nueva versión de la aplicación Teams de mensajería colectiva equipada con ChatGPT y diseñada específicamente para ayudar a los trabajadores e identificar defectos en los productos.
– Revolución del trabajo –
Microsoft y Siemens, que dicen trabajar para varios clientes de los sectores automovilístico y aeroespacial, refutan la idea de que la IA sustituirá a los técnicos de carne y hueso o suprimirá empleos.
«Hemos constatado que 70% de los problemas no son identificados y por lo tanto no son resueltos», señaló Anthony Hemmelgarn, gerente general de Siemens Digital Industries Software.
Al resolverlo, la inteligencia artificial «no sustituye a la persona», asegura, sino que permite un «aumento de eficiencia» en la industria.
Otra ventaja: la IA promete «aliviar la escasez de trabajadores calificados» que afecta especialmente a Alemania, señala Jochen Köckler, director de la feria de Hanóver.
En la primera economía europea, casi 58% de los industriales se quejan de la falta de mano de obra, según estudios del Instituto Federal de Educación Vocacional publicado en diciembre.