Con 1.200 millas de océano casi vacío al oeste y más de 7.000 millas del mismo al este, la pequeña nación del archipiélago del Pacífico de Vanuatu ha buscado durante mucho tiempo una posición de neutralidad hacia sus lejanos posibles socios extranjeros.
Ahora, mientras Estados Unidos y China compiten por tener más influencia en el Pacífico Sur, ese acto de equilibrio se ha vuelto complicado. Tomemos el caso del Primer Ministro Ishmael Kalsakau, quien en los últimos meses firmó un pacto de seguridad con Australia, se reunió con el presidente Emmanuel Macron de Francia, acogió con agrado los planes estadounidenses de crear una embajada en Vanuatu y recibió a expertos de la policía china en Port Vila, la capital.
Pero para los oponentes políticos de Kalsakau, éste se había acercado demasiado a Occidente. El lunes, 10 meses después de convertirse en líder del país, Kalsakau fue derrocado en un voto de censura. El bando de Kalsakau dice que sus detractores y el nuevo primer ministro, Sato Kilman, no son neutrales y han acusado a China de interferir en la política de Vanuatu.
Ambas partes han rechazado las acusaciones que se les han hecho, pero lo que está claro es que el país de alrededor de 320.000 habitantes está nuevamente sumido en la agitación política. Vanuatu ha tenido cuatro líderes diferentes en cinco años.
A medida que actores más poderosos ejercen su influencia en el Pacífico, Vanuatu y sus vecinos insulares, entre ellos Fiji, Samoa y las Islas Salomón, han sido cortejados por China y Occidente con ofertas de ayuda y apoyo financiero.
El país más grande de la región, Australia, es la mayor fuente de asistencia humanitaria para Vanuatu. China es el mayor acreedor extranjero de Vanuatu y en los últimos años ha financiado y construido un gran muelle en la nación insular.
«Vanuatu siempre ha mantenido, con bastante obstinación, esta posición no alineada», dijo Tess Newton Cain, experta en la región de la Universidad Griffith en Australia. “En general, dentro de los dirigentes de Vanuatu, existe un sentimiento bastante desarrollado de que lo mejor que pueden hacer es no elegir un bando”.
Y añadió: «Lo mejor que se puede conseguir es un premio que aún no se ha ganado».
Las preocupaciones sobre el manejo de esa posición fueron evidentes en el texto de la moción de censura que condujo al derrocamiento de Kalsakau.
El gobierno “debe conducir sus relaciones de manera imparcial”, decía la moción, “y no permitir que nuestra nación independiente y soberana sea arrastrada a un juego que no quiere y que sea utilizada inapropiadamente por naciones competidoras para ejercer dominio en nuestra región”.
El señor Kilman, el nuevo primer ministro, ya ha indicado que el acuerdo con australiaque llama a las naciones a establecer una “cooperación de seguridad eficiente y efectiva” y que aún no ha sido ratificado por el Parlamento de Vanuatu, puede ser abandonado o modificado sustancialmente.
«En este momento, no estoy seguro de si es lo mejor para Vanuatu o no», dijo a los periodistas el martes. «Si no todo va bien y es necesario hacer algunos cambios, entonces hablaremos con Australia para ver qué podemos hacer juntos para que sea algo viable».
Kilman, que ahora asume su quinto cargo como primer ministro del país, es ampliamente descrito como más abierto a la cooperación china que su predecesor. En 2012, fue noticia después de expulsar a todos los agentes de policía australianos en represalia por lo que describió como un trato “irrespetuoso” durante una visita a Australia. Tres años más tarde, tras su regreso al cargo de primer ministro, se reunió con Xi Jinping, el máximo líder de China, y prometió vínculos más estrechos entre los dos países.
Como líder de la oposición, Kalsakau dijo que tiene la intención de luchar por el acuerdo de seguridad y apoyar la proyectada embajada de Estados Unidos, dijo Kalvau Moli, su ex jefe de gabinete. «Estableceremos una moción de investigación sobre la influencia china en estas recientes elecciones», dijo.
Para la mayoría de los residentes de Vanuatu, las cuestiones de la interferencia extranjera estaban lejos de ser una prioridad en la agenda, mientras el país lucha contra dificultades económicas y la recuperación de dos ciclones a principios de este año, dijo el Dr. Newton Cain.
El producto interno bruto per cápita de Vanuatu es de poco más de 3.100 dólares, según Estadísticas del Fondo Monetario Internacional.
“El ambiente que rodea la agitación política es de frustración”, dijo el Dr. Newton Cain. «Sólo necesitan que todos se sienten y hagan su trabajo, y lo hagan correctamente, durante un período de tiempo significativo».
Aun así, la política exterior sigue siendo una herramienta fundamental para Vanuatu. Frente a las amenazas existenciales del cambio climático, el país también ha librado una valiente lucha de David-Goliat contra naciones más poderosas. llamando a la Corte Internacional de Justicia a principios de este año emitir una opinión sobre si los gobiernos tienen “obligaciones legales” de proteger a las personas de los peligros climáticos y si se puede demandar a las naciones por no mitigarlos.
El tumulto en Vanuatu, dijo Dominic O’Sullivan, politólogo de la Universidad Charles Sturt en Canberra, Australia, también podría tener efectos en cadena en el resto de la región.
“Vanuatu recibe una enorme cantidad de ayuda tanto de Australia como de China, pero creo que China espera mucho más a cambio”, dijo.
“A Australia le gustaría la neutralidad. China no quiere neutralidad, quiere un aliado”.
