Tras los 30 días límites de estadía en un albergue para inmigrantes solteros, Keisy Mejía tuvo que salir. Hoy llegó a un centro del East Village para renovar su estancia en otros refugios pues teme dormir en la calle.
«Y en un mes te sacan, este haciendo frío y haciendo calor. Eso no les importa nada», explicó Keisy. «Yo tengo varios compañeros que la tocaron en el tren. En plazas con este frío ahorita para el tren. Imagínense, yo dormí en la calle con cualquier peligro, por ahí que le pasé algo a uno. El mismo frío que te agarra una hipotermia «Es complicado».
De acuerdo con las autoridades, diariamente se ve un flujo de al menos 1000 personas que hacen fila en este centro del bajo Manhattan para pedir que les extiendan su estadía en los refugios o ser enviados a otras organizaciones como iglesias para que puedan pasar la noche.
«De 30 días un poquito pues va a buscar pa sacarla de ahí, no da tiempo pa mucho. Mucha gente pues no da tiempo, los 30 días no sirve», agregó Elki De La Oz, inmigrante venezolano. «Ya entramos y ya mañana salimos otra vez. Duramos mucho afuera, como 15, 20 días afuera».
Para evitar esta acumulación de personas en busca de refugio en un solo lugar, y agilizar los trámites de reubicación, la concejal Carlina Rivera y la presidenta del concejo municipal Adrienne Adams, le piden a través de una carta al comisionado de Manejo de Emergencias Zach Iscol. , que habilite más centros para gestionar la reubicación de los inmigrantes a quienes se les ha terminado el plazo de estadía en los albergues.
«Cuando se termina el plazo de los 30 días debes de salir. O sea, te sacan con mala cara y eso te sacan a los refugios que puedes. O sea, la forma no es así ya veces nos toca buscar una manera de buscar donde dormir y eso a veces a mí me tocaba dormir en los trenes, pasar ahí llevando mis cosas, ya me duele el hombro de estar llevando mis cosas», dijo Jonnathan Javier Cuquinche, inmigrante mexicano.
Por otro lado, muchos de los residentes de esta área se quedan por la masiva presencia de los inmigrantes, que permanecen en el parque y en las calles, sin acceso a un baño para hacer sus necesidades biológicas.
«Así deberíamos abrir más centros y así nos evitaríamos eso todos los días», agregó Keisy. «Y la gente de la comunidad también evitaría esta molestia».
«Todos los días aquí, tengo 12 días a la calle, duermo en la iglesia, en la noche espera a que le den un refugio a uno», dijo Carlos Sandoval, inmigrante venezolano.
Y diariamente acá en ese centro se ve una presencia policial constante para mantener el orden y evitar problemas entre los inmigrantes en busca de asilo en Manhattan.