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domingo, junio 29, 2025

Ampliación del Canal de Panamá abrió rutas para la reubicación de peces


Cayó la noche cuando los dos científicos se pusieron a trabajar, desplegando largas redes en el extremo de su barco. La jungla entonó su sinfonía vespertina: el dulce chirrido de los insectos, el lejano bramido de los monos, el ocasional chirrido de una cometa. Los cocodrilos holgazaneaban en las aguas poco profundas y sus ojos brillaban cuando los faros les iluminaban.

Al otro lado del agua, los barcos de carga formaban formas oscuras mientras se deslizaban entre los mares.

Durante más de un siglo, el Canal de Panamá ha conectado a pueblos y economías remotas, convirtiéndolo en una arteria esencial para el comercio mundial y, en las últimas semanas, una objetivo del presidente electo Donald J. Trump diseños expansionistas.

Pero últimamente el canal también ha estado uniendo algo más: los inmensos ecosistemas del Atlántico y el Pacífico.

Los dos océanos han estado separados durante unos tres millones de años, desde que el istmo de Panamá surgió del agua y los dividió. El canal abrió un camino a través del continente, pero durante décadas solo un puñado de especies de peces marinos lograron migrar a través de la vía fluvial y el embalse de agua dulce, el lago Gatún, que alimenta sus esclusas.

Luego, en 2016, Panamá amplió el canal para permitir barcos de gran tamaño, y todo eso empezó a cambiar.

En menos de una década, los peces de ambos océanos (róbalos, jureles, pargos y más) han desplazado casi por completo a las especies de agua dulce que antes se encontraban en el sistema de canales, según descubrieron científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá. Los pescadores alrededor del lago Gatún que dependen de esas especies, principalmente pavón y tilapia, dicen que sus capturas son cada vez más escasas.

A los investigadores ahora les preocupa que más peces puedan comenzar a atravesar de un océano al otro. Y ningún invasor potencial causa más preocupación que el venenoso pez león con rayas dulces. Se sabe que habitan la costa caribeña de Panamá, pero no el Pacífico oriental. Si lograban llegar hasta allí a través del canal, podrían devastar a los indefensos peces locales, tal como lo han hecho en el Golfo de México y el Caribe.

Las especies marinas ya son visitantes más que ocasionales en el lago Gatún, dijo Phillip Sánchez, ecologista pesquero del Smithsonian. Se están «convirtiendo en la comunidad dominante», dijo. Están «expulsando todo lo demás».



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