Estamos condicionados a pensar que los documentales sobre la naturaleza son educativos (probablemente porque los vemos en la escuela), pero creo que es más apropiado entenderlos como generadores de asombro. No es fácil ver un guepardo, un pulpo o un águila en estado salvaje, al menos no por mucho tiempo, pero en una buena película puedes observar y maravillarte.
“Cada pequeña cosa” (en cines) es principalmente un documental sobre la naturaleza, esta vez sobre colibríes. Incluso si ves regularmente colibríes revoloteando alrededor de tu comedero para pájaros, a simple vista no puedes ver sus alas batir porque, como señala el personaje humano principal de la película, Terry Masear, baten 50 veces por segundo, un hecho que hace que Los pájaros parecen sacados del “realismo mágico”. Por eso los encontramos tan encantadores, dice: “¿Cómo puede algo volar verticalmente, de lado, hacia atrás y al revés y no desencadenar esas ideas, esos sentimientos en las personas? No hay nada como ellos”.
La propia Masear es mágica e inusual. “Every Little Thing” se centra en Los Angeles Hummingbird Rescue, un centro de rehabilitación que dirige desde 2004 para colibríes heridos, enfermos y abandonados. Llegan a ella principalmente a través de personas que descubren las aves en sus jardines o en un parque. Su línea directa, tanto telefónica como de mensajes de texto, parece muy ocupada.
La directora, Sally Aitken, desarrolla la narración con delicadeza; Es una película tranquilizadora, aunque a menudo trata temas sombríos. Masear cuenta la historia de su propia vida en fragmentos, revelando lentamente que en su juventud experimentó caos, abuso y adicción. «Tal vez esa es la razón por la que vine a los colibríes», reflexiona. Esas experiencias desarrollaron en ella una empatía por el sufrimiento que alguien con un pasado menos doloroso podría no tener naturalmente.
También vemos a Masear operando el centro de rescate y, con inmenso cuidado, cuidando a las aves, todas las cuales tienen nombres, incluidos Raisin, Cactus, Sugar Baby y Charlie. Conoce sus personalidades, sus gustos y aversiones, sus inclinaciones. Ella le menciona a una persona que llama a la línea directa que no tiene hijos, luego se detiene y se corrige: Tiene los colibríes. Significan todo para ella, ya sea que los cuide hasta que recuperen la salud o, con tristeza, entierre sus pequeños cuerpos cuando no lo logran.
Masear es un tema documental fantástico, pero los colibríes también lo son, y Aitken nos los acerca. La cámara lenta muestra sus extraordinarias alas en acción y también revela lo que ve Masear: personalidades individuales (¿pájaros?) y peculiaridades. A veces los colibríes parecen estar mirando directamente a la cámara, libres y sin miedo.
Los temas de “Every Little Thing” (que los créditos finales identifican como “Terry Masear y sus amigos salvajes”) de hecho producen asombro, tanto por los extraordinarios cuerpos de las aves como por la inmensa alegría de Masear al cuidarlas. Su gran atención durante muchos años está claramente motivada por el cariño y el agradecimiento por el trabajo de esta vida. Para ella no son sólo colibríes: son seres que viven en la tierra, vecinos de los humanos, un motivo para alegrarse. Como ocurre con la mayoría de las criaturas, tomarse el tiempo y la paciencia para verlas de cerca sólo aumenta su amor.