NUEVA YORK.- El Consulado General de la República Dominicana ha cerrado o trasladado varias de sus oficinas en la Gran Manzana para economizar gastos, lo que reducido su capacidad de servicios a la comunidad.
Una de ellas operaba en el sótano del 90 de Laurel Hill Ter., esquina West 186, del Alto Manhattan, y fue trasladada al sótano del Club Deportivo Dominicano.
«El local de Laurel Hill es pequeño pero se podía hacer el trabajo. Ahí asistían más de 100 personas cada día», reveló una fuente a ALMOMENTO.net.
Dijo que «para economizar el pago de la renta, el cónsul Jesús Vasquez trasladó esa oficina al sótano del Club Deportivo Dominicano, pero ahí había que desmontar los equipos los jueves en la tarde, porque los fines de semana el local era alquilado para fiestas y otros eventos».
«Debido a la incomodidad, la señora Ysaura Nivar exigió de mala manera a la administración del club que había que habilitarle un espacio privado porque ella era vicecónsul. La dirección del club asumió el comportamiento de la señora Nivar como un atropeyo al presidente de la entidad, Luis Peralta, y pidió al consulado que entregara el local y se mudara», explicó.
MUDA OFICINA DEL BRONX
Agregó que la oficina que funcionaba en la calle 149, de El Bronx, fue mudada a una base de taxis, porque el consulado tampoco quiere pagar renta por el alquiler.
«La base está en el 69 de Featherbed Ln. y operará solo tres días a la semana: lunes, miércoles y viernes, con el único interés de economizar dinero», afirmó.
PENSIONES
Dijo que «con la eliminación de las oficinas consulares y la mísera pensión a decenas de empleados, el cónsul busca economizar miles de dólares y disponer de ese dinero a su antojo y discreción».
«La mayoría de las pensiones se ajustan por la edad de algunas personas, pero el monto mayor que recibirán es de 50 mil pesos dominicanos, que al cambio en Nueva York no llegan a 800 dólares. Eso no da ni para pagar la renta. Aquí nadie puede vivir con eso», declaró.
Agregó que «los puestos de esos pensionados no han sido ocupados por nadie, por lo que permanecen vacantes. Eso representa un gran ahorro en nómina y una enorme ganancia para el cónsul».