Justina Teodoro, madre de dos hijos y residente del Alto Manhattan, dice que ante la situación económica actual ella y su esposo han tenido que jugarsela para alimentar a sus hijos.
“Cuando íbamos al supermercado nos alcanzaba para comprar frutas, yogur, leche, ya veces podíamos comprar leche sin lactosa que, es un poquito más cara que la regular, pero ahora tenemos que conformarnos con lo que nos alcanza con el sueldo para nuestro hogar” , manifiesto.
El aumento en el costo de los alimentos y la vivienda se ha notado en aquellos hogares con menos recursos.
“Uno va con 20 pesos a comprar y nada más lleva dos cosas, mira cómo voy yo y cuánto he gastado”, asegura Diana Estévez.
Un nuevo informe concluye que la seguridad alimentaria es un problema persistente en nuestra ciudad.
La Sociedad de Servicio Comunitario viene elaborando este informe desde hace dos décadas.
Según las últimas cifras, más de la mitad de los neoyorquinos de bajos ingresos, reportaron dificultades alimentarias duraderas, al no poder comprar las proteínas y nutrientes necesarios para mantener una vida saludable.
Particularmente latinos, afroamericanos, mujeres solteras y familias con hijos, quienes hablan de lo difícil que es mantener la economía familiar con sueldos mínimos:
“Por ejemplo una familia de 4 personas que ganen por ejemplo menos de 28 mil dólares al año, eso es bien poco. Es bien poco porque tiene que decidir de pagar la renta o comprar comida”, indica Jennifer Hinojosa
Para los hogares de bajos ingresos con niños, más del 61 por ciento de ellos afirmaron tener dificultades alimentarias.
En medio de las negociaciones finales del presupuesto estatal, como parte de la solución a este problema, el informe hace una llamada a los legisladores.
“Primeramente el gobierno estatal debe ampliar y expandir el servicio de Snap o lo que le dicen cupones de alimentos, segundo, debe expandir y amplificar el crédito tributario por hijos y tercero la ciudad debe mejorar el procedimiento de las solicitudes de SNAP.”
El estudio muestra el impacto directo que tuvo el fin de las ayudas ofrecidas durante la pandemia.
La inseguridad alimentaria bajó en 2021 cuando se aumentó el monto de los cupones de alimentos, y los beneficios de desempleo y volvió a subir cuando estas asistencias expiraron.