A vendedora ambulante Nelly Johanna su trabajo la obliga a estar afuera casi todo el día, respirando aire contaminado. Es por eso que dice haber pasado el susto de su vida cuando el pasado mes de junio a consecuencia de los incendios forestales canadienses, la gran manzana cambió de color por completo.
«Solamente que me pegué un susto porque se veía todo rojo», grabó Johanna.
Johanna, al igual que muchos, se vio afectada por la calidad del aire ese día.
“Fue otra cosa que yo nunca había visto eso, me asusté”.
Cuenta además que se enteró por redes sociales sobre la mala calidad del aire. Que nunca recibió alguna alerta de la ciudad, porque lo que salió a trabajar sin problemas.
“No habíamos sabido, solamente por las redes sociales”.
¿Pero estaban los neoyorquinos realmente preparados o informados del suceso aquel día?
El miércoles, en una audiencia pública en la alcaldía, el defensor del pueblo y concejales de la ciudad expresaron su preocupación por la forma y el momento en que se notificó a los neoyorquinos la entrada de aire peligroso procedente de Canadá.
“Y si la administración o la alcaldía habrían tomado una notificación más seria, más urgente, por lo menos para esas personas, habrían tomado la decisión de ir a trabajar o quedarse en la casa. Peor, como no hubo notificaciones, todos nosotros continuamos bien campantes”, dijo la concejal Jennifer Gutiérrez.
Dijeron que la ciudad hizo lo que pudo, pero su respuesta se demoró en ocasiones.
«¿Que Paso? Por qué nosotros no recibimos notificaciones más temprano, más actualizados, porque no hubo cancelaciones más temprano», reclamó la concejal.
El defensor del pueblo Jumaane Williams, aseguró que el alcalde y el comisionado de la oficina de manejo de emergencias tendrán que haber dado una rueda de prensa en el momento que tienen la información a la mano.
“El cielo podría haber estado regular y seguimos teniendo mal aire, ¿cómo lo sabe el público? Así que me estás diciendo que si el cielo no se hubiera vuelto naranja no hubiéramos alertado y la gente hubiera salido perjudicada», dijo Williams.
Por su parte Zach Iscol, comisionado de la Oficina de Gestión de Emergencias, dijo que los mensajes públicos sobre la posible mala calidad del aire comenzaron una semana antes y que cuando el Índice de Calidad del Aire se disparó, se tomaron medidas como distribución de mascarillas y cancelación de eventos al aire libre. También las escuelas redujeron las actividades al aire libre y el alcalde alertó a los neoyorquinos sobre la peligrosa calidad del aire en una rueda de prensa.
“Y lo hicimos a través de muchos mecanismos diferentes, lo hicimos a través de notificar nyc, una de las cosas más importantes que hicimos fue ocuparnos de los más vulnerables”, aseguró Iscol.
Y aunque aún falta mucho para que el verano termine y es probable que se produzcan más episodios relacionados con la calidad del aire, la administración Adams dijo que se esforzarán por ofrecer a los neoyorquinos la información más actualizada para que puedan ajustar sus actividades con el tiempo.