Vi este lugar increíble, y dije: “yo quiero trabajar ahí…”
Paloma Estévez, siempre soñó en grande, hasta llegar a convertirse hoy en día en la Directora de Programación Artística del Lincoln Center for the Performing Arts, nada fácil de cumplir.
“Postulé al Lincoln Center como siete veces, nunca me llamaron, nunca nada, pero era mí, uno de mis sueños desde que visité Nueva York cuando era muy pequeñita y vi este lugar increíble”, asegura Estévez.
Llegó a Nueva York en el 2016, para estudiar un máster en Gestión y Producción Teatral en la Universidad de Columbia, y desde entonces este ha sido su hogar.
«A veces con frío, a veces con un poco de hambre, a veces con un poco en bancarrotapero nunca se fue esa pasión, y como esa chispa interna, que creo que Nueva York, te mantiene joven y te mantiene como viva dentro de lo que quieres hacer, las cosas que sueñas y que es posible hacerlas acá”, agrega.
Tras culminar su maestría, y de tocar varias puertas, e incluso llegar a trabajar en la Academia de Música de Brooklyn, llega su verdadero sueño.
“Siempre digo que si las las artes escénicas donde una religión, que lo son un poquito, Lincoln Center, sería el vaticano, como el epicentro”, explica Paloma Estévez.
Comenzó su carrera en Santiago, Chile, donde por más de una década estuvo al mando de compañías de teatro, así como de una gran gama de eventos culturales y festivales, porque pese a que soñaba con ser actriz, se dio cuenta de cuál era su verdadera vocación.
«Me di cuenta muy rápido, que los artistas necesitaban apoyo, que había una necesidad de un rol atrás de los escenarios, y que tenía que organizar las cosas, y que también había una necesidad de generar políticas públicas que impulsaran la cultura en Latinoamérica”, indica.
Estévez es un miembro esencial del equipo de programación del Lincoln Center, ya que está al mando del festival Verano para la ciudadque cuenta con 300 espectáculos artísticos y que millas de neoyorquinos disfrutan cada verano.
Además, dice sentirse orgullosa de formar parte de un equipo equitativo e inclusivo, pues la mayoría de las plazas en el Lincoln Center, están lideradas por mujeres.
“Me siento honrada, y me siento parte como de un colectivo de mujeres, que somos apasionadas, muy profesionales, y siento que también mis colegas mujeres elevan mi estándar de excelencia, o sea estoy inspirado todos los días”, termina diciendo Estévez.
