¿Recuerdas cuando 2 ° C del calentamiento global fue el escenario del Doomsday? Bueno, ahora estamos mirando el barril de algo mucho peor. Desde el pescado en su plato hasta el clima fuera de su ventana, todo está a punto de cambiar.
Un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores, incluido Jackie Dawson, profesor completo, geografía, medio ambiente y geomática en la facultad de artes de la Universidad de Ottawa, subraya los graves riesgos que plantean compromisos nacionales insuficientes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
«Nuestros hallazgos revelan que el riesgo de alcanzar los 2.7 ° C del calentamiento es sustancial y que no hay un solo sector en la sociedad que permanezca intacto», explica el profesor Dawson, quien también es un presidente de investigación de Nivel 1 en las dimensiones humanas y de políticas del cambio climático. «Desde los ecosistemas marinos hasta la infraestructura local, los impactos en cascada afectarán a cada individuo».
Esta evaluación integral se centró en el Ártico global, analizando los estudios existentes y los resultados del modelo climático para resaltar las implicaciones de las temperaturas crecientes. La investigación subraya que las contribuciones actuales determinadas a nivel nacional (NDCS), las promesas hechas por las naciones bajo el acuerdo de París, no serán suficientes para lograr el objetivo de 2 ° C, que es el umbral que marca un punto de inflexión conocido más allá de lo cual Global y severo global severo Se esperan impactos. Sin aumentos sustanciales en estos compromisos, un futuro caracterizado por temperaturas extremas e interrupciones ecológicas profundas parece inevitable. Esto también sugiere que los esfuerzos científicos y políticos para comprender los riesgos futuros del cambio climático deben considerar ahora lo que significa un mundo de +3 o +4 grados.
A medida que el Ártico continúa calentándose a casi cuatro veces el promedio mundial, los investigadores señalaron que la región podría quedarse prácticamente libre de hielo durante los meses de verano, lo que lleva a efectos devastadores en los ecosistemas marinos y los medios de vida que apoyan, así como un aumento de las presiones geopolíticas e industriales en la región. El estudio también ilustra cómo los cambios climáticos severos pueden exacerbar las vulnerabilidades preexistentes, particularmente para los pueblos y comunidades indígenas que dependen de estos ecosistemas para medios de vida y bienestar.
Estos hallazgos requieren una acción urgente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que refleja la creencia dentro de la comunidad científica de que los esfuerzos audaces y colaborativos aún pueden evitar los peores impactos del cambio climático. «Debemos priorizar las inversiones en prácticas sostenibles y estrategias de adaptación climática para proteger nuestro medio ambiente y nuestro futuro colectivo», enfatiza el profesor Dawson.
A medida que las temperaturas globales se acercan más a los umbrales críticos, esta investigación sirve como un llamado de atención para que las personas y las naciones por igual reevalúen sus compromisos con la acción climática y se esfuerzan por un cambio significativo.