Elad Katzir, el rehén israelí cuyo cuerpo fue recuperado y devuelto a Israel el sábado, se había sentido durante mucho tiempo desprotegido viviendo a lo largo de la frontera de Israel con Gaza.
En una entrevista con The New York Times en 2009después de que los ataques con cohetes palestinos condujeran a una mortal ofensiva israelí de tres semanas contra Hamas en Gaza, Katzir le dijo a un periodista que tenía un sentimiento molesto.
«No siento ninguna victoria», dijo Katzir en aquel momento, cuando los combates habían terminado con un inestable alto el fuego. «Todavía no me siento seguro».
El Sr. Katzir, de 47 años, tenía profundas raíces en Nir Oz, el kibutz en el sur de Israel donde nació y del que fue secuestrado durante el ataque liderado por Hamás el 7 de octubre. Los campos de trigo y patatas que se encuentran allí llegan hasta el Valla fronteriza de Gaza, a la vista de los edificios de apartamentos, torres de agua y minaretes de la aldea palestina de Abasan, justo al otro lado.
Los residentes del kibutz se volvieron cautelosos: durante un recorrido por los campos durante esa visita de 2009, Katzir detenía el auto sólo detrás de grupos de árboles o arbustos, para cubrirse en caso de fuego de francotirador.
La pequeña aldea estuvo entre las comunidades más afectadas el 7 de octubre, con aproximadamente una cuarta parte de sus casi 400 residentes asesinados o tomados como rehenes. Entre ellos se encontraban el Sr. Katzir y también su padre, que fue asesinado, y su madre, que fue llevada a Gaza. Fue puesta en libertad en noviembre, uno de una docena de residentes de Nir Oz quienes fueron devueltos a Israel en un solo día como parte de un conjunto más amplio de liberaciones de rehenes.
Dalit Katzenellenbogen, prima del Sr. Katzir, dijo entonces que seguía preocupada por él y los demás cautivos que aún se encontraban en Gaza, y señaló que había soldados israelíes en el terreno allí.
«Espero que la guerra termine pronto», añadió, «para los israelíes y los palestinos que no apoyan a Hamás».
«Tendremos que aprender a seguir viviendo uno al lado del otro», añadió.
