33.8 C
Santo Domingo
domingo, septiembre 15, 2024

El riesgo de escasez global de agua es mayor cuando se tiene en cuenta el origen de la lluvia


Asegurar el suministro de agua al mundo es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Una investigación de la Universidad de Estocolmo presenta ahora un método alternativo para cuantificar el riesgo global de escasez de agua. Los resultados indican que los riesgos para el suministro de agua son mayores de lo que se esperaba si se tienen en cuenta las condiciones ambientales y la gobernabilidad en el lugar donde se produce la lluvia.

La idea común del suministro mundial de agua es la lluvia que cae sobre la superficie de la Tierra y luego se almacena en acuíferos, lagos y ríos. Esta idea se utiliza generalmente para evaluar la seguridad hídrica y el riesgo de escasez de agua. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Naturaleza Agua muestra cómo los riesgos hídricos dependen de la gobernanza y de las condiciones ambientales presentes a barlovento, es decir, las áreas de donde proviene la humedad para la lluvia.

«El suministro de agua en realidad se origina de antemano, con la humedad evaporada de la tierra o del océano que viaja a la atmósfera antes de caer en forma de lluvia. Esta humedad en contra del viento suele pasarse por alto al evaluar la disponibilidad de agua», afirma Fernando Jaramillo, profesor asociado de geografía física en la Universidad de Estocolmo y responsable del estudio.

Cuando un lago o río es compartido entre distintos países o autoridades, las evaluaciones y regulaciones aplican principalmente una perspectiva aguas arriba, considerando las condiciones en la dirección río arriba desde el cuerpo de agua. En cambio, una perspectiva contra el viento considera el área donde el agua evaporada es transportada antes de terminar en forma de lluvia. El área se conoce como cuenca de precipitación y puede cubrir grandes áreas de la superficie de la Tierra.

«Por ejemplo, en la América del Sur tropical, la mayor parte de la cuenca del Amazonas está aguas abajo de la cordillera de los Andes, mientras que grandes áreas de los Andes están a sotavento de la selva amazónica y dependen de ella, lo que hace que estas dos regiones dependan una de otra para el suministro de agua», dice Fernando Jaramillo.

El estudio examinó 379 cuencas hidrológicas en todo el mundo y reveló que los riesgos para la seguridad hídrica son significativamente mayores cuando se considera el origen del agua a barlovento.

«Con este enfoque, vemos que 32.900 km3/año de necesidades de agua en todo el mundo enfrentan un riesgo muy alto, un aumento cercano al 50 por ciento, en comparación con los 20.500 km3/año resultantes del enfoque más tradicional aguas arriba», dice José Posada, ex estudiante de doctorado de la Universidad de Estocolmo y autor principal del estudio.

El control político puede tener consecuencias importantes

Dado que las plantas evaporan una gran cantidad de agua, los cambios en el uso de la tierra pueden afectar la disponibilidad de agua a sotavento. Si la deforestación y el desarrollo agrícola predominan en las zonas a sotavento, la cantidad de humedad que proporciona la vegetación puede disminuir, lo que reduce las precipitaciones a sotavento y aumenta el riesgo para la seguridad hídrica.

“En los países costeros como Filipinas, la mayor parte de la lluvia proviene del mar, lo que significa que los cambios en el uso del suelo representan un riesgo muy pequeño para la seguridad hídrica. En cambio, en los países del interior, como Níger, la lluvia proviene principalmente de la humedad que se evapora en países vecinos como Nigeria y Ghana. Esto coloca a muchos países sin litoral en una situación de alto riesgo en lo que respecta a la seguridad hídrica que se ve afectada por los cambios en el uso del suelo”, afirma Fernando Jaramillo.

En otras palabras, factores políticos como la gestión ambiental y las regulaciones en áreas donde primero se evapora la humedad pueden afectar la seguridad del agua en áreas completamente diferentes.

«Por ejemplo, la cuenca del río Congo, que depende en gran medida de la humedad de los países vecinos con un bajo desempeño ambiental y gobernanza según los indicadores globales, enfrenta riesgos considerables debido a la posible deforestación y los cambios no regulados en el uso de la tierra en las áreas vecinas», dice Lan Wang-Erlandsson, investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo en la Universidad de Estocolmo y coautor del estudio.

La regulación ambiental requiere una perspectiva a contraviento.

El estudio revela por qué la falta de gobernabilidad y de desempeño ambiental en un país a barlovento puede ser relevante para el suministro de agua de un país a sotavento. Destaca la codependencia entre los países a barlovento y a sotavento y los países a sotavento y a barlovento.

«No es posible ignorar la interdependencia entre países. Al fin y al cabo, todo el agua está conectada, por lo que no sólo deberíamos preocuparnos por cómo gestionamos nuestros recursos hídricos dentro de una región o país, sino también por cómo lo hacen nuestros países vecinos», afirma Lan Wang-Erlandsson.

“Esperamos que los hallazgos de este estudio puedan ayudar a identificar dónde y hacia quiénes se pueden dirigir las estrategias y esfuerzos de cooperación para mitigar las causas de las tensiones relacionadas con el agua, incluidos los flujos de agua atmosférica en los marcos de toma de decisiones transfronterizos y de gobernanza del agua. Destacamos la necesidad de cooperación internacional para gestionar eficazmente las fuentes de humedad en contra del viento”, concluye Fernando Jaramillo.



Source link

Related Articles

Ultimos Articulos