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El Senado confirmó el martes a Michael Whitaker para un mandato de cinco años al frente de la Administración Federal de Aviación.
Whitaker es un ex administrador adjunto de la FAA de la era Obama y dijo en su audiencia de confirmación a principios de este mes que su pasado “tiempo en la FAA me da una ventaja real” al asumir el puesto más alto. Más recientemente, fue ejecutivo de una empresa que desarrolla taxis aéreos eléctricos y anteriormente ocupó puestos directivos en varias aerolíneas, incluida United Airlines.
Ahora, Whitaker toma las riendas de la FAA ya que la agencia, en sus palabras, “enfrenta grandes desafíos”.
Entre sus primeras prioridades, dicen los funcionarios de la industria, está brindar una mano firme y consistente en la dirección de la FAA, que supervisa la seguridad de la aviación, el control del tráfico aéreo y la certificación de aeronaves. La FAA ha sido objeto de escrutinio después de una serie de accidentes con aviones de pasajeros en las pistas de EE. UU., interrupciones de vuelos relacionadas con la falta de personal en el control del tráfico aéreo y la muerte de 346 personas en accidentes del Boeing 737 MAX después de que la FAA certificara que el avión era seguro.
Whitaker también ha dicho que daría prioridad a las mejoras tecnológicas y de otro tipo para “el sistema de aviación del futuro”.
«Cuando estaba en la FAA hace apenas unos años, los drones eran nuevos, los lanzamientos espaciales comerciales eran raros y los taxis voladores todavía aparecían sólo en dibujos animados», dijo Whitaker en su audiencia de confirmación. «Todo esto ha cambiado y requiere que la agencia mire hacia adelante, se adapte rápidamente y ejecute un plan para el futuro».
Cuenta con el apoyo de una variedad de grupos de la industria de la aviación, incluidos aquellos que representan a aerolíneas, pilotos y pasajeros de aerolíneas.
Es el segundo candidato a jefe de la FAA de la administración Biden. El primero, el director ejecutivo del aeropuerto de Denver, Phil Washington, retiró su nombre por las críticas a su limitada experiencia en aviación y su vínculo con una investigación de corrupción política.
El puesto quedó vacante en marzo de 2022 cuando Steve Dickson, nominado por el presidente Donald Trump, renunció a mitad de su mandato de cinco años. La agencia ha estado dirigida por una serie de administradores interinos, más recientemente el subsecretario de transporte.
