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sábado, diciembre 2, 2023

El solido liderazgo de Abinader

El autor es periodista. Reside en Santo Domingo.

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Aunque algunos opositores y muchos amargados o resentidos de este país, no lo aceptan y como zánganos empedernidos los regatean, lo cierto es que el presidente Luis Abinader ha cimentado y afianzado un sólido liderazgo político en el transcurso de estos 3 años y pico de conducción y jefatura de la administración del Estado.

Y lo mejor de todo es que el liderazgo político-social de Abinader, no sólo abarca la geografía dominicana, sino que trasciende nuestra frontera, cubriendo parte de Suramérica, Centroamérica y el Caribe. Esto y más quedó evidenciado en los abrazos calurosos y los mimos que le dispensaron en la reciente cumbre APEP, celebrada en Washington la semana pasada, auspiciada e impulsada por el presidente norteaméricano Joe Biden.

Allí, los elogios a nuestro presidente Luis Abinader, de parte de Biden y de otros mandatarios no fueron gratuitos, sino que él se los ha ganado por su excelente desempeño al frente del Estado dominicano, regenteando la enorme crisis sanitaria desatada por el Covid-19, su consecuente trauma económico, su determinación para enfrentar la corrupción pública, el tráfico de drogas y la política migratoria haitiana.

Pero también hay que resaltarle al presidente Abinader y a su equipo gobernante, la estabilidad y crecimiento económico logrado por nuestro país en los últimos 3 años, cuando la región latinoamericana y caribeña marcha deficitariamente, con escasas excepciones También a esta gestión se le reconoce en todo el mundo la magnífica y milagrosa reactivación del turismo, devastado en todas partes por la pandemia del 2020.

Nadie en su sano juicio regatea e ignora los logros alcanzados por el país en el sector turismo y de zona franca, situación que nos sitúa como los primeros del mundo en alcanzar la reactivación plena de su  industria turística, a partir del 2021, cuando apenas el mundo comenzaba a respirar vida, tras los estragos funestos de la pandemia. Ese acontecimiento, de buena gerencia o casi milagroso, forjó el inicio del acrisolado liderazgo político de Abinader, más allá de nuestra frontera.

Es una realidad incontrovertible que debería llenar de orgullo y regocijo a todos los dominicanos, no solo a sus partidarios políticos, sus amigos y familiares, sino a todos, porque él representa la colectividad nacional. Aunque en la viña del señor caben todos, disidentes, justos y pecadores, blancos y negros, creyentes y ateos frustrados.

Es de justicia decir que el país, todo, se beneficia de la magnitud del liderazgo de nuestro presidente, a quien debemos acompañar, sin rodeos y sin prejuicios en la próxima jornada electoral de mayo de 2024, para confiarle otros 4 años en la Presidencia de la República para beneficio de todos los dominicanos.

Ya quisieran muchos jefes de Estado o de gobierno de Latinoamérica y de otras partes del mundo, contar con ese nivel de aprobación y reconocimiento, que se resume, en un gran privilegio para pocos o sólo para elegidos.

Entonces, aprovechando su liderazgo aquí y en otras partes, conquistaremos metas y propósitos en carpetas que solo el tiempo facilitará su concreción. Sigamos, pués con Abinader, porque lo bueno no se cambia ni para coger impulso. 

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