Y lo esencial y lo importante aquí, para los que todavía no lo saben o se niegan a saberlo porque no es lo mismo llamar al Diablo que oírlo tocar la puerta de madrugada diciendo que es la Procuraduría, es que estamos apenas en el principio de lo que podríamos considerar un gran cambio en esta tierra de impunidades; precisamente la razón por la que habrá tantas resistencias y presiones, incluido el chantaje en sus más bajas manifestaciones, para impedir que lo que empezó como una promesa de campaña llegue hasta el final que la sociedad dominicana espera con ansiedad mal contenida
También es comprensible que haya muchos ciudadanos y ciudadanas preguntándose si los únicos corruptos a los que se va a perseguir son los que pertenecieron a las administraciones peledeístas de Danilo Medina, y qué pasará con los corruptos de los gobiernos de Leonel Fernández, algunos tan emblemáticos que son una especie de “marca país” de la República de la Corrupción que también somos.
Y es que les resulta difícil aceptar que su condición de aliado del PRM en el pasado proceso electoral termine siendo, en los hechos, otra forma de negociar impunidad. Pero esas respuestas las dará en su momento un Ministerio Público que, hasta ahora, ha actuado de manera independiente, por lo que esperamos escuchar que luego del pulpo sin cabeza le tocará al turno al león, que anda por ahí de lo más quitado de bulla y como si nunca hubiera roto un plato.