Estados Unidos y China han creado una nueva estructura para el diálogo económico en un esfuerzo por mejorar la comunicación entre las economías más grandes del mundo y estabilizar una relación que se ha vuelto cada vez más tensa en los últimos años.
El Departamento del Tesoro dijo el viernes que Estados Unidos y China habían acordado crear grupos de trabajo económicos y financieros que celebrarán reuniones periódicas para discutir políticas e intercambiar información. El anuncio se produce tras las visitas a Beijing de tres miembros del gabinete del presidente Biden durante el verano con el objetivo de aliviar las tensiones sobre cuestiones económicas y geopolíticas que se han estado agravando durante años entre los dos países.
El Departamento del Tesoro dijo que los nuevos grupos de trabajo crearían “canales estructurados continuos para discusiones francas y sustantivas”. Los funcionarios del Tesoro informarán a la Sra. Yellen, que viajó a Beijing en julio. Los representantes de China, de su Ministerio de Finanzas y del Banco Popular de China, reportarán al Viceprimer Ministro He Lifeng.
“Estos grupos de trabajo servirán como foros importantes para comunicar los intereses y preocupaciones de Estados Unidos; promover una competencia económica sana entre nuestros dos países con igualdad de condiciones para los trabajadores y las empresas estadounidenses; y promover la cooperación en los desafíos globales”, dijo Yellen en un comunicado.
Estados Unidos y China todavía tienen importantes desacuerdos económicos sobre aranceles, controles tecnológicos y restricciones a la inversión. La administración Biden ha estado especialmente preocupada recientemente por el trato dado a las empresas estadounidenses que operan en China.
La creación de un grupo de trabajo que vincula directamente al Departamento del Tesoro con funcionarios chinos en cuestiones económicas y financieras representa el resurgimiento de un enfoque de décadas de relaciones bilaterales que fue desmantelado durante el gobierno del expresidente Donald J. Trump.
El Congreso eliminó la autoridad del Tesoro sobre las relaciones comerciales en la década de 1970, transfiriendo esa autoridad a la recién creada Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, que también pasó a ser una agencia del gabinete. El Congreso actuó después de quejas de industrias y sindicatos estadounidenses de que el Tesoro y el Departamento de Estado habían estado haciendo concesiones comerciales a otros países para ganar aliados contra la Unión Soviética en la Guerra Fría.
Bajo los ex presidentes George W. Bush y Barack Obama, el Tesoro encabezó equipos de negociación interinstitucionales en las conversaciones con China. El liderazgo del Tesoro limitó la influencia de los funcionarios comerciales estadounidenses, mientras una sucesión de secretarios del Tesoro asignaba una alta prioridad a la coordinación de la política económica con China y a la apertura de los mercados financieros de China a las empresas de Wall Street.
Trump desmanteló el sistema de grupos de trabajo interinstitucionales y dijo que cada agencia negociaría por separado con China. El viceprimer ministro Liu He, predecesor del viceprimer ministro He Lifeng en el manejo de la política económica internacional, intentó repetidamente llegar a acuerdos comerciales con el entonces secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, evitando a Robert E. Lighthizer, quien era el representante comercial de Trump.
Pero Trump no respaldó esos acuerdos y, en cambio, respaldó a Lighthizer, quien terminó negociando un acuerdo comercial limitado que fue firmado por ambos países en enero de 2020 y que sigue vigente.
En agosto, Gina Raimondo, la secretaria de Comercio, anunció durante su viaje a Beijing y Shanghai que Estados Unidos y China acordaron mantener conversaciones periódicas sobre cuestiones comerciales y restricciones al acceso a tecnología avanzada.
Un alto funcionario del Tesoro dijo que se alcanzó un consenso durante el viaje de Yellen en julio para formar los grupos, que están destinados a permitir a ambas partes expresar sus preocupaciones y buscar formas de trabajar juntas. El grupo económico se centrará en desafíos como la reestructuración de la deuda de los países de ingresos bajos y medios en dificultades, mientras que el grupo financiero profundizará en temas como la estabilidad financiera y las finanzas sostenibles.
Yellen dijo el viernes que la nueva estructura era un importante paso adelante en la relación bilateral.
«Es vital que hablemos, especialmente cuando no estamos de acuerdo», dijo.
