Hay alumnos que prefieren estudiar de noche, pero recortan sus horas de sueño y limitan su aprendizaje
Miles de adolescentes están actualmente dando el apretón final para los últimos exámenes del curso o para afrontar la que ya se ha denominado como temida Ebau. En esa olimpiada de hincar codos, lo cierto que es algunos prefieren concentrar sus horas de estudio por las noches bajo el argumento de que hay más silencio y menos distracciones, mientras que los hay que prefieren levantarse pronto al asegurar que están más frescos para coger los libros y apuntes. ¿Es una opción más adecuada que la otra para sacar mejor provecho al estudio?
Según Robert Cilveti, especialista en medicina del Sueño de AdSalutem Instituto del Sueño, explica que esta decisión depende fundamentalmente de dos factores. En primer lugar