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Los fiscales en Brasil han llegado a un acuerdo con Representante George Santos en un caso en el que se le acusa de defraudar a un empleado del área de Río de Janeiro por 1.300 dólares en ropa y zapatos en 2008, según muestran documentos obtenidos por CNN.
Una petición del abogado de Santos que solicita un acuerdo dice que Santos estaría de acuerdo en confesar formalmente el crimen y pagar daños y perjuicios a la víctima, un secretario del área de Río de Janeiro, como lo exige la ley brasileña.
Un memorando de los fiscales que acordó el acuerdo la semana pasada pidió a la defensa garantías de que tienen la capacidad de contactar a la víctima para pagarle antes de que se finalice el acuerdo.
En un comunicado a CNN, la oficina de los fiscales reconoció el memorando pero enfatizó que el acuerdo no es definitivo hasta que se cumplan todas las condiciones.
La petición del abogado de Santos, presentada en enero, solicita un acuerdo no procesal en lugar de un juicio para su cliente, argumentando que Santos ahora tiene un empleo remunerado y está “resocializado”. La petición también solicitó permiso para que el tribunal se comunique con Santos por correo electrónico o por teléfono, y participe en los procedimientos por videoconferencia.
Se pueden llegar a acuerdos en casos no violentos donde la sentencia mínima es inferior a cuatro años.
Santos no comentó cuando Manu Raju de CNN le preguntó sobre este reportaje en Capitol Hill. CNN se ha comunicado con los abogados de Santos en Brasil y Estados Unidos.
En 2010, Santos le dijo a la policía que escribió cheques sin fondos de una chequera robada perteneciente a un anciano al que cuidaba su madre para comprar los artículos.
Santos dijo el New York Post en diciembre no había sido acusado de ningún delito en Brasil. “No soy un criminal aquí, ni aquí ni en Brasil ni en ninguna jurisdicción del mundo. Absolutamente no. Eso no sucedió”, dijo en ese momento.
Después de que Santos partiera hacia Estados Unidos, las autoridades brasileñas no pudieron encontrar una dirección para entregarle los documentos que lo intimaban a comparecer ante el tribunal, lo que finalmente llevó al archivo del caso, hasta que se reabrió en enero.
Los fiscales no pudieron hacer más comentarios, ya que el caso está bajo una orden de mordaza.
Esta historia ha sido actualizada con detalles adicionales.