Es muy probable que la inmensa mayoría de nosotros los dominicanos pensemos que la República Dominicana vive del turismo, pero no es así sino todo lo contrario: el turismo vive de la República Dominicana. Es el turismo que necesita nuestras playas, ríos, montañas, clima tropical y la calidez de nuestra gente. Ya que el turismo no puede comprar todas esas cosas que Dios nos dio y llevárselas fuera de nuestra media isla, por eso tienen que venir con su inversión; de lo contrario nos hubiesen dejado sin playas y sin ríos.
El turismo es el negocio más rentable que existe en nuestro país ahora mismo. No es por nada que se construyen más hoteles y atracciones turísticas aparte de las ya hechas.
El construir un complejo hotelero en la República Dominicana le deja bastantes beneficios a las constructoras, porque usan mano de obra barata e ilegal procedente de Haití. Luego de finalizada la infraestructura, la mayoría del personal hotelero es también del país vecino, tanto así que han hecho lo que no hacen en su país de origen: un sindicato de trabajadores de construcción.
Los hoteles tienen una exención de impuestos por 30 años y el capital es repatriado al país de donde es oriundo el consorcio. Sin embargo, en que nos beneficiamos los dominicanos del turismo ??? Muy poco o casi nada.
En Higüey, provincia La Altagracia, específicamente en Punta Cana, llegan las mayoría de los turistas, procedentes de distintos países.
Tanto en Bávaro, como en todo el entorno de Higüey hay muchísimos haitianos ilegales atraídos por los empleos, la salud y la educación que es para nuestra gente, pero los beneficiados son ellos y no aceptan que el dominicano trabaje, para que pueda progresar, porque ellos tienen un monopolio, no solo en lo ya mencionado sino también en el motoconcho, vigilancia, negocios informales, bienes, servicios y más.
Son intolerantes. Peor aún, esos invasores se pasean petulantes con sus motos, altivos, violentos, engreídos y muy arrogantes, pues saben que son mayoría en esos lugares; que nuestro gobierno cobarde no hará nada para sacarlos de ahí, y que los apoyan las ONG’s y la comunidad internacional. Ya falta muy poco para que tengamos una provincia haitiana al este del territorio dominicano.
Bomba
Es solo cuestión de tiempo para que suceda una hecatombe en dicho polo turístico cuya periferia está llena de haitianos ilegales. Tan solo con un brote de enfermedad como el cólera, sida, malaria, dengue u otra desconocida, el turismo caerá brutalmente. También cuando se encuentren esas bandas haitianas se armará la de Troya puesto que los haitianos, aparte de su miseria y falta de higiene, también han traído su violencia. Y cuando haya un enfrentamiento territorial entre haitianos y dominicanos que dejará muertos de ambos lados, y el cual está a la vuelta de la esquina, entonces Frank Rainieri y su grupo Punta Cana pagarán su traición. En tan solo un par de días perderán todo lo que construyeron durante años.
Cuando eso suceda, ellos se darán cuenta de que la verdad, el sentido común y la lógica siempre tienen la razón. Comprenderán lo que decimos en el argot popular: «Lo barato sale caro»; sin embargo, ya será tarde.