Estadio de Wembley, Londres
CNN
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La vista de las banderas ucranianas ondeando a lo largo de Wembley Way, el camino que se acerca al icónico estadio de Wembley, adquirió un significado adicional el domingo cuando Ucrania se enfrentó a Inglaterra en su clasificación para la Eurocopa 2024.
Mientras los horrores de la guerra continúan ensombreciendo su país, aquí estaba la selección masculina de Ucrania enfrentando a uno de los mejores equipos del mundo en el escenario mundial.
Gane o pierda, los jugadores ucranianos querían montar un espectáculo para sus aficionados y ofrecer a los que estaban en casa 90 minutos de descanso.
Sin embargo, el equipo sabía que necesitaba algo así como un milagro para vencer a Inglaterra en Wembley y no se produjo uno.
Clasificada 21 puestos por encima de Ucrania, Inglaterra tenía demasiada calidad en el campo y su experiencia brilló.
Los goles del máximo goleador de todos los tiempos de Inglaterra, Harry Kane, y Bukayo Saka fueron todo lo que necesitó, ya que la victoria por 2-0 sumó otros tres puntos en su campaña de clasificación.
A pesar de la derrota, la afición ucraniana siguió haciendo oír su voz mientras un mar de amarillo y azul cantaba y bailaba al unísono hasta el pitido final; algunos incluso portaban mensajes pidiendo más ayuda militar en Ucrania.
En declaraciones a los periodistas después del partido, el técnico interino de Ucrania, Ruslan Rotan, agradeció a los aficionados su “increíble ola de apoyo”.
También agradeció a la afición local y agregó: «Fue una atmósfera diferente a cualquier otro juego internacional que haya experimentado».
En verdad, la atmósfera alrededor del estadio comenzó a crecer horas antes del inicio de lo que comenzó como una tarde fría y lluviosa en Londres.
Pero las nubes grises contrastaban marcadamente con las vibrantes banderas amarillas y azules que ondeaban y cubrían a los simpatizantes que entraban.
Mil refugiados ucranianos y las familias que los patrocinaron en el Reino Unido habían sido invitados especiales al juego y se les unieron más de 4000 fanáticos que lograron conseguir boletos.
A pesar de ser ampliamente superados en número por los feligreses ingleses, los ucranianos tenían buena voz.
Y, por mucho que reconocieran el trasfondo desgarrador de este partido, muchos aficionados solo querían disfrutar de la experiencia y concentrarse en el fútbol, una distracción de la brutal realidad en casa.
“Es la manera de recordar a la gente de Ucrania. Para mostrarle al mundo que todavía estamos de pie”, dijo a CNN Sport la aficionada ucraniana Oleksii Soboleva, de 40 años, antes del inicio.
Soboleva y su familia se habían mudado a Londres hace seis meses, después de haber dejado Ucrania antes de la invasión a gran escala del año pasado.
Todos coincidieron en que, sin importar el resultado, sería una noche emotiva en Wembley.
“Sin embargo, no le tenemos miedo a Inglaterra”, dijo Marta Soboleva a CNN Sport, con una sonrisa irónica en el rostro y los ojos llenos de emoción.
No muy lejos de donde los Soboleva hablaron con CNN Sport, un pequeño grupo de fanáticos ucranianos se había reunido al pie de los escalones que conducían al estadio histórico.
Momentos antes, el exdelantero y exentrenador de la selección nacional de Ucrania, Andriy Shevchenko, estaba entre ellos haciendo sus deberes de prensa antes del partido.
El hombre de 46 años se había quedado para hablar y tomarse fotos con los seguidores y se unió con cánticos de apoyo a su amado país.
Los hinchas ucranianos continuaron disfrutando del espectáculo dentro del estadio, saludando a sus jugadores con un gran aplauso cuando salían al campo, cada uno con una bandera ucraniana envuelta alrededor de ellos.
Antes del partido, el técnico de Ucrania, Rotan, agradeció al Reino Unido por la ayuda que le había brindado a su nación desde el comienzo de la guerra, pero prometió que su equipo dejaría de lado las sutilezas una vez que el árbitro hiciera sonar el silbato inicial.
El equipo de Ucrania fue fiel a su palabra, creando algunas medias oportunidades en las primeras etapas y brindando a su apasionado apoyo algo por lo que celebrar, y lo hicieron.
Mientras su equipo luchaba por mantener el ritmo de Inglaterra en el campo, los fanáticos ucranianos dentro de Wembley cantaban y bailaban más que una multitud inglesa bastante apagada.
Durante gran parte de la primera mitad, Ucrania había logrado mantener a raya a Inglaterra, poniendo sus cuerpos en juego para evitar que su anfitrión tomara la delantera.
Pero eventualmente la presión de los constantes ataques de Inglaterra se volvió demasiado y Kane anotó el primer gol en el minuto 37 después de aprovechar un centro de Saka.
El gol pareció abrir las compuertas, con el propio Saka redoblando la ventaja con un estupendo disparo desde fuera del área tan solo tres minutos después.
Si bien la segunda mitad fue más una formalidad, ambos conjuntos de fanáticos se comprometieron entre sí de buena fe. En un momento, miles de seguidores iluminaron el estadio de Wembley con las antorchas de sus teléfonos mientras veían a Inglaterra dominar la posesión.
El silbato final fue recibido por una gran ovación de la sección de Ucrania de las gradas, mientras les daba una serenata a sus jugadores que aplaudieron el apoyo a cambio.
En el contexto de la guerra, el resultado del partido del domingo importaba muy poco, pero este fue otro ejemplo de cuando el deporte es mucho más que un juego.
Los 90 minutos dibujaron una sonrisa en los rostros de los miles de hinchas de Ucrania dentro del estadio. Mostró que el país aún se mantenía firme y era una señal de días más brillantes por venir.
Y aunque muchos jugadores se irán decepcionados de Inglaterra, estarán orgullosos de haber representado una vez más a su país en el escenario mundial: un mensaje poderoso para un país que aún está bajo ataque.
