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domingo, julio 7, 2024

Intratables Bucks: Giannis deja a los Heat al borde del abismo



Se acabó lo que se daba. Es posible que no de forma definitiva, pero la serie entre Bucks y Heat está, ahora mismo, mucho más cerca del 4-0 que del 3-1. Incontestable partido del equipo de Mike Budenholzers en Miami para arrollar a los Heat y poner el 3-0 en la serie, ese que jamás en la historia de la NBA se ha remontado. Ejercicio total de dominio físico, un martillo pilón que no hay táctica que aplaque, y demostración de poderío en los dos lados de la pista para destrozar a una franquicia que, recordemos, disputó las Finales el año pasado … tras eliminar a los Bucks en semifinales. Parece que han pasado cien vidas desde entonces; y mientras tanto, la sensación de que Giannis Antetokounmpo y compañía pueden optar al anillo de forma legítima sigue revoloteando en las cabezas de los aficionados. Si el duelo inaugural despertaba ciertas dudas bien resueltas por Khris Middleton, los dos siguientes han demostrado que ese pequeño bache fue, además, un mero espejismo. Y que los Bucks están, en estos momentos, a años luz de los Heat. Y ya veremos de cuántos más.

El ejercicio defensivo que practicó el equipo de Budenholzer no fue solo digno de elogio, también fue casi histórico. Dejaron a los Heat, un equipo de 108 puntos por partido en temporada regular, en solo 84. En el primer cuarto el repaso fue aún mayor, con solo 14 tantos anotados por los Heat ante su estéril público. Y en ninguno de los otros tres superaron los 25; en otras palabras, una agonía. Los Heat solo fueron por delante en el 0-2, se hundieron paulatinamente a medida que pasaban los minutos, no tuvieron respuestas para el increíble nivel físico de sus rivales y se quedaron en, ojo, un 37,6% en tiros de campo y un 28,1% en triples. Y sin ningún jugador por encima de los 20 puntos, 10 rebotes o 10 asistencias, con 15 pérdidas, apabullados en la lucha por el rebote (55 a 42) y ahogados por unas ayudas que llegaban a todo y una fortaleza zonal que ni Bam Adebayo (17 + 8 + 4, de lo mejorcito a pesar de todo para su equipo) pudo penetrar.

El partido no tuvo historia. Los Bucks volaron en el inicio y ya ganaban de 12 al final del primer cuarto (26-14) y de 13 al descanso, cuando los Heat todavía parecían estar vivos. Pero los 37 puntos anotados en el tercer periodo aumentado la ventaja hasta los 26 con 12 minutos por jugarse, una distancia insalvable que se dedicaron a gestionar sin demasiadas dificultades y que incluso aumentaron en la recta final del partido, ya con los suplentes y sin dar demasiadas muestras de esfuerzo. Los Bucks están gestionando la parte física de la serie a la perfección y van a llegar (salvo una sorpresa histórica que no va a darse) a semifinales con tranquilidad y buen tono, sin una serie larga sobre sus hombros y con la mente tranquila, una vez acabada la tortura china de los Heat, sus verdugos el año pasado. Y dando una sensación de química grupal y de creencia en el discurso de Budenholzer que no daban en las dos últimas temporadas.

Un ejercicio coral

En los Bucks, aportaron todos: tuvieron hasta seis jugadores por encima de la decena de puntos y ninguno pasó de los 35 minutos, otra muestra de la buena gestión que se está llevando desde el banquillo. Giannis Antetokounmpo esta vez no tuvo números de videojuego, aunque llegó a 17 puntos (solo intentó 12 lanzamientos), 17 rebotes y 5 asistencias. Middleton se fue a 22 + 8 + 5, Forbes, vestido de Klay Thompson en el segundo asalto, a 11 puntos con 3 de 7 en triples, Bobby Portis a 11 + 9, Brook Lopez a 13 + 5 y Jrue Holiday, ese ser diferencial que llegó a los Bucks para cambiar (por fin) el equema de juego, a 19 tantos, 3 rebotes y 12 asistencias para un (atención) +41 con él en pista, una cifra sencillamente asombrosa. Las capacidades del base (menos de 34 minutos en el choque) permiten a Milwaukee tener más opciones en ataque más allá de Giannis, añadir al esquema de juego a un jugador que puede jugar con o sin balón y, además, ser el mismo pilón defensivo que ya eran, pero ahora con un hombre que puede ponerse frente a casi cualquier creador de juego de la competición norteamericana.

Ahora, solo queda por ver si la serie volverá o no a Milwaukee, algo harto improbable si tenemos en cuenta las sensaciones transmitidas por los Heat, que apenas contaron con la participación del ya mencionado Adebayo y con un poco (muy poco) de Jimmy Butler (19 + 8 + 6), el otro que se salva de los locales. Erik Spoelstra está con una ausencia notable de respuestas (algo raro en él) y el equipo va a la deriva, sin el nivel habitual de Tyler Herro, los triples de Duncan Robinson (0 de 4 en el tercer choque) o la consistencia defensiva del año pasado, desaparecida durante una temporada en la que nunca han encontrado su juego. Tampoco en los playoffs, donde se esperaba una reacción que no ha llegado. Bien porque no dan para más (algo perfectamente posible) o porque son incapaces de enfrentarse a un equipo tan serio y sólido como los Bucks, que miran, esta vez sí, a un anillo que tendrán tan difícil ganar como cualquiera que quiera conquistarlo. Pero ojo, que son otro equipo. Los Heat lo están notando. Y nosotros, también.



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