Jaraly Romero Guerrero, la joven de 18 años de edad que murió en Montecristi a manos del raso de la Policía Nacional que era su pareja, había contado a su madre y a una tía sobre las amenazas que éste le habría realizado hace unos días.
«La semana pasada él la amenazó, le sacó la pistola, y ella cuando él salió le escondió la pistola dentro del baño en la tapa del toilette, y ayer ella le estaba haciendo esa historia a la mamá y a la tía. Le dijeron a ella que ese hombre la podía matar y no se llevó de consejo», reveló Estalia Santos, prima hermana de la víctima.
El victimario es Valentín de Paula Rosario, quien se entregó en un cuartel policial de Valverde tras matar a tiros a la joven.
Formaron una pareja al vapor
De acuerdo a lo señalado por los familiares de la víctima, la efímera pareja se conoció hace un mes, mientras ella cursaba el bachillerato en Villa Vásquez, municipio donde él estaba brindando servicios de policía.
También contaron que hace sólo una semana que se habían mudado juntos a un apartamento, el cual el raso había amueblado y equipado sin ningún esfuerzo, dijo una prima de Jaraly.
«Lo conoció en Villa Vásquez donde él laboraba como policía, ella estudiaba en esa localidad, en menos de un mes de conocerse se mudaron y formaron una pareja», dijo, Damaris Luna.
La fallecida vivía en Castañuelas y tenía un hijo de 10 meses de nacido.
Dinero de dudosa procedencia
Valentín manejaba altas sumas de dinero, una incongruencia con el salario que percibe como agente de la uniformada del orden público, narraron parientes de la fallecida.
«Como que en menos de una semana, sin cobrar, va a tener 30 mil y 50 mil pesos en una tarjeta. En menos de una semana compró estufa, nevera, lavadora, todo lo de la casa y sólo es policía», relató un pariente de la víctima.
Comportamiento extraño
El victimario exhibía un comportamiento extraño, era de poco hablar y las veces que fue a la casa de los familiares de la hoy occisa no conversaba ni siquiera comía de lo que le brindaban, aseguraron parientes de Jaraly.
Familiares piden justicia y que no sea tratado con privilegios por ser policía.
«Fue un crimen premeditado, nada más vino a matar esa niña, y yo a él ni lo conozco», dijo María Alcántara, familiar de la fallecida.
Los familiares advierten que el «no tuvo condolencia de esa mujer» ni porque tenía un niño pequeño y asegura que con la cárcel no paga lo que le hizo a ella.