Rey Díaz
Desde el derrocamiento del gobierno del Profesor Juan Bosch el 25 de Septiembre de 1963, la Republica Dominicana ha estado dirigida por una partidocorrucracia, como pocos países en el mundo. A la muerte del tirano, el Doctor Joaquín Balaguer asume la presidencia por breve tiempo, luego sigue Rafael Biliberto Bonnelly, Juan Bosch fue electo en las primeras elecciones democráticas del país. Fue Juramentado como Presidente el 27 de febrero de 1963, solo para ser derrocado por la Oligarquía, la Iglesia Católica y los sectores corruptos nacionales y extranjeros.
Después siguió el Consejo de Estado, y luego el triunvirato, seguido por el gobierno de Donald Riad Cabral, que termina con la guerra de abril de 1965. Durante estos gobiernos las empresas del Estado fueron administradas con cierta moderación, aun bajo un sistema oficialista encabezado por un sistema favorecedor del presidencialismo que tanto mal ha hecho a la nación.
Las empresas que pertenecían a Rafael Leónidas Trujillo Molina fueron administradas por designio del Presidente de turno por un funcionario nombrado por el gobierno. Luego, de la muerte de Trujillo –durante su efímero paso por el poder–, el Dr. Balaguer regalo algunos de los bienes que pertenecían a Trujillo; pasando estos bienes a quienes lo administraban.
No hubo una contabilidad propia de un estado de derecho y una separación de bienes que hiciera valer aquellas propiedades que eran del dictador como recursos del Estado y por ende fueron administradas por personeros del régimen de 31 años, ocultando así a quien pertenecían dichas empresas. Poco tiempo después de la muerte de Trujillo, donde habían 3 millones de dominicanos, pasaron a haber de la noche a la mañana 3 millones de anti-trujillistas.
Aunque algunas de las empresas de CORDE, de la Central Romana, y otros ingenios azucareros propiedad de Trujillo, junto a empresas de menor categoría como El Caribe, empresa de clavos, pintura, textiles y algodón, fueron más tarde obsequiadas por el Doctor Joaquín Balaguer a diferentes personas entre los que se encontraba al Señor director de ese periódico German Emilio Ornes Cuscú. El autor hace referencia aquí a la empresa de EL Caribe. Otros empresarios también fueron favorecidos entre personeros que sirvieron y se confabularon con la dictadura, durante su estancia por el poder, con las propiedades millonarias que pertenecieron tiempo atrás a Trujillo.
Pero a la hora de su muerte, como todos los muertos, Trujillo no se llevó nada a la tumba. Sus restos yacen en un cementerio en Francia, mientras que muchos de sus bienes encontraron dueños y otros permanecen en el abandono total.
Sin embargo, al comparar a Rafael Leónidas Trujillo Molina con los políticos modernos, se puede concluir que los políticos actuales son más tóxicos y letales que el mismo Trujillo. En la Republica Dominicana, existen cientos de exfuncionarios actuales que se han robado sin justificación alguna, miles de veces más, en 24 años de gobierno, que lo que Trujillo atesoro durante los 31 años de dictadura.
Los cinco partidos mayoritarios que han tenido mayor incidencia en la política de la nación dominicana, como el Partido Revolucionario Dominicano, el Partido Reformista Social Cristiano, el Partido de la Liberación Dominicana, la Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Moderno, todos son yaguas de un mismo paquete.
No se debe fabricar falsas expectativas entre esos cinco partidos, ni en su liderazgo político, porque todos son iguales. En eso estamos de común acuerdo con el Dr. Tomas Castro. No se debe hacer caso a la demagogia política de ningún candidato que corra para cualquier escaño dentro de esas parcelas, nidos de corrupción política. Todos son iguales. Los cambios propuestos hasta ahora, son para perpetuarse en el poder y seguir haciendo lo mismo que el gobierno anterior.
Mientras tanto los ladrones corruptos siguen en el gobierno, en el congreso, en la Cámara de Representantes, en las Empresas públicas, en el Palacio de la Policía, en las Cárceles del país, en la Procuraduría, entre los jueces, entre los empresarios ligados al gobierno de turno, entre los carteles de droga, en las fuerzas castrenses, en fin en toda la vida pública y privada de la nación.
La podredumbre de la sociedad dominicana ha infectado todos los sectores de la vida nacional y el dominicano poco a poco se ha ido acostumbrando a vivir en un desorden social nunca ante visto en la población. Los que están encargados supuestamente de velar por el orden público, son los principales ladrones y asesinos. Bueno, no todos, pero se sienten en todo el territorio nacional como si fueran la mayoría.
Pero los principales ladrones, ahora resulta que de la noche a la mañana son honrados, distinguidos y son elevados a la categoría de “Santos por el Presidente Luis Abinader.” ¿Ha donde hemos llegado? Solo nos falta que le pidamos al Papa Francisco que nos declare Santo, a los “santo diablos” que nos han robado todo el dinero del mundo y quienes han contribuido para que nuestra salud, la educación de nuestros hijos, los servicios públicos de primera necesidad sean tan elevados los costos, como las estrellas del cielo y pésimos como solo se pueden ofrecer en República Dominicana donde el Jefe de Estado, como sus funcionarios solo buscan el enriquecimiento ilícito de ellos y de sus empresas, sin optimizar y abaratar los servicios y la canasta básica familiar a la ciudadanía.
Antes nos conocíamos como país bananero. Luego como país exportados de grandes peloteros del baseball de las grandes ligas. Hoy en día, se nos conoce como los principales exportadores de drogas, nuestras mujeres salen a prostituirse al extranjero, somos uno de los países de producción a vapor de los multi-millonarios más ricos de la región; produciendo los ricos más letales y corruptos del entorno presidencial como el Señor Lisandro José Macarrulla un multimillonario Ministro de la Presidencia quien no tiene como justificar su fortuna en franca violación a las leyes y sin ninguna consecuencia jurídica. Y a pesar de todas las voces que se han levantado en contra de ese funcionario, el Presidente mantiene un político corrupto en su gobierno.
Además, ahora resulta que hay que crear una ley de extinción de dominio para quitar el dinero y los recursos de aquellos funcionarios y empresarios que se han robado miles de millones de pesos en el país. Es decir, que los ladrones del congreso deben crear una ley para quitarles los recursos a los funcionarios, empresarios y políticos que se robaron sumas multi-millonarias mientras hacían negocios con el gobierno, lavaban dinero de la droga, o del soborno mientras servían al gobierno. Pero si es un ladrón de auto, o motocicleta, o cualquier otro objeto cuyo valor es bajo, a ese ladrón le quitan el objeto robado en seguida y muchas veces no llega el objeto al propietario; sino que la misma policía se encarga de desmantelar, vender o adueñarse de los objetos robados.
No hay que ser profesor de matemática a nivel universitario. Si un funcionario trabajo por diez, quince, o veinte años. Calcule todos los sueldos, las dietas y entradas que debió tener lícitamente. Luego deduzca renta, electricidad, comida, transportación, servicios médicos de toda la familia, pagos de impuestos, pago de agua, muebles, compra de autos, colegio de los hijos, vacaciones, reparaciones en la casa, y donaciones a organizaciones, etc.
Si tiene hasta 500,000 puede ser considerado honesto, pero si su cuenta aumento a 100,000.000 millones de pesos, o 3 mil millones de pesos, es un ladrón. Quítele el dinero, no contrate abogados para que luego los abogados se queden con un porciento de ese dinero y el pueblo pierda como quiera, aunque se recupere lo robado. Ahora bien, si los abogados son voluntarios y no cobraran honorarios por sus servicios, está bien contrátelo. De lo contrario, ahí hay corrupción.
Si en el país, el ministerio público no se aprieta los cinturones y somete a todos los ladrones incautando las propiedades producto de la corrupción; ahí hay corrupción también. Señor, Presidente Luis Abinader, no defienda a los ladrones, que ese cuento de ladrones buenos y ladrones malos, no existe. Aunque se suiciden y aunque sean políticos brillantes, son ladrones aunque sirvan 7 veces como Presidente del Senado. Porque la mona aunque se vista de ceda, de mona que queda.