Wailuku, Hawái
CNN
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Cientos de residentes desplazados se están refugiando en un gimnasio en el centro-norte de Maui, mientras devastadores incendios forestales han barrido la isla y han matado al menos a 80 personas cerca de su costa occidental.
Se lanzó un esfuerzo de base para reconectar a las familias frente al War Memorial Gymnasium en Wailuku, donde las notas Post-It que contienen información de contacto y nombres están clavadas en una pizarra. La Cruz Roja, el condado de Maui y otras agencias y organizaciones se han reunido para proporcionar ayuda y suministros.
Muchos residentes del gimnasio vinieron de la ciudad histórica de Lahaina, huyendo solo con la ropa que llevaban puesta. Algunos dicen que no han podido localizar a sus seres queridos.
Kathleen Dukes, de 46 años, nació y creció en Lahaina y dijo que era surrealista ver a su comunidad en llamas.
«Estaba en estado de shock. Realmente parece un pueblo fantasma”, dijo Dukes a CNN.
Dukes huyó del incendio el miércoles y pudo volver a conectarse con su anciana madre el viernes. La casa que comparten sigue en pie, aunque la casa de una tía y una hermana se quemó, dijo Dukes.
“Estoy agradecida de que mi familia esté viva y que Maui se haya fortalecido como una comunidad en Lahaina”, dijo.
Dukes no está segura de cuándo podrá regresar a casa, dijo. Por ahora, se queda en el centro donde puede obtener servicio de telefonía celular.
“En este momento, lo veo como una nota positiva, todos hemos convertido la tragedia en triunfo”, dijo Dukes.
Dentro del gimnasio, decenas de personas han acampado sobre colchones en el suelo.
Lynn Robison, de 66 años, vivía en el corazón de Lahaina, al lado del Wharf Cinema Center.
Después de enterarse del incendio, Robison dice que huyó con amigos a la costa en caso de que tuvieran que correr hacia el océano. El grupo pasó la noche durmiendo en un terreno cubierto de hierba junto a la playa.
“Cuando nos despertamos por la mañana, todo estaba destruido a nuestro alrededor”, dijo Robison, “era como una zona de guerra”.
Robison regresó a su complejo de apartamentos y lo encontró quemado hasta los cimientos; luego hizo autostop hasta el refugio en el gimnasio.
Con el servicio de telefonía celular caído, Robison no pudo comunicarse con sus hijos que viven en el continente.
“Estaban petrificados”, dijo Robison. “Eso es todo lo que me preocupaba. Perdieron a su padre hace años, no necesitan perderme”.
Sus hijos la han instado a quedarse con ellos, dijo, pero sigue dudando en abandonar la isla a la que llama hogar.
Shakina Newport, de 59 años, estudiante de enfermería de Santa Cruz, California, estaba de vacaciones en Maui visitando a su hijo cuando estalló el incendio. Newport le dijo a CNN que sintió la necesidad de ayudar.
Fuera del gimnasio, Newport y otros voluntarios trabajan bajo una carpa ofreciendo masajes para aliviar el dolor de la comunidad.
“Estaba pensando: ¿cómo puedo servir, cómo puedo dar?” Newport dijo: “Para mí, sé masajes. Y pensé, qué perfecto”.
Nelen Cesar, de 58 años, con su esposo y sus tres hijos, le dijo a CNN que llegaron al refugio el jueves después de huir de su hogar en Lahaina, donde había vivido durante más de 30 años.
César y su familia agarraron lo que pudieron mientras evacuaban, dijo, pero está angustiada por perder fotografías familiares y recuerdos de su infancia en Filipinas.
Su hija regresó a la ubicación de la casa y le envió fotos que mostraban que había sido arrasada. César dijo que la pérdida es difícil de comprender.
“Solo quiero ver la evidencia. Todavía espero y rezo para que todavía esté allí”, dijo César.
