El 49% de las pequeñas y medianas empresas considera un desafío su planificación financiera. Para los responsables de estas empresas es un “reto” tener actualizadas las previsiones y la planificación financiera. Así lo revela un estudio elaborado por Pleo.
El informe también pone de manifiesto que para el 30% de las pymes también sigue siendo todo un reto el elaborar informes o funciones más habituales.
La principal razón detrás de estos desafíos radica en la falta de digitalización en el departamento, según lo señalado por el 29% de los responsables financieros encuestados. Este problema tiene un impacto directo en la empresa y sus consecuencias amenazan la viabilidad del negocio.
Retraso en la entrega de facturas
Las pequeñas y medianas empresas españolas han identificado tres problemas principales relacionados con la gestión actual de los gastos de los empleados. En primer lugar, el 42% de las pymes señala que el retraso en la entrega de facturas y recibos es su principal preocupación. La llegada tardía de la hoja de recibos dificulta la obtención de una visión realista de la rentabilidad de proyectos, por ejemplo.
En segundo lugar, el 39% de los encuestados destaca la probabilidad de errores, la pérdida de recibos y el fraude como un inconveniente significativo, lo que conlleva costos adicionales. Nuevamente, el departamento financiero se enfrenta a la tarea de llenar los vacíos, verificar y revisar la información.
Por último, el tercer aspecto importante es el costo en términos de tiempo y recursos, resaltado por el 28% de las pymes encuestadas. Esto se debe al alto grado de dedicación a tareas de bajo valor agregado.
El director de Pleo en el Sur de España, Álvaro Dexeus, advierte de que en la actualidad se observa cómo las pequeñas y medianas empresas en España “aún recurren a herramientas heredadas ineficaces, como Microsoft Excel, a pesar de que en algunos casos ya han implementar una solución de gestión de gastos”. Según dice, a veces optan por soluciones fragmentadas, destinadas únicamente a etapas específicas del proceso y que no ofrecen una cobertura completa ni una integración con otros sistemas. “Incluso llegan a utilizar soluciones que no están diseñadas para la gestión de gastos de los empleados, como las tarjetas bancarias, lo que genera una considerable confusión”, añade.