Los Grizzlies van a por todas. Sin nada que perder, con mucho que ganar y un desparpajo impropio de un equipo tan joven (el cuarto más precoz de la competición, con algo más de 24 años de media), se impusieron a los Warriors de Stephen Curry contra todo pronóstico, y ahora han acabado con los Jazz. Los han hecho en el primer asalto de la primera ronda de los playoffs de la NBA 2021, en el que ha supuesto el regreso de la franquicia a la fase final desde 2017. Es la primera vez que lo hacen desde la solución del Grit and Grind, esa táctica convertida casi en un mantra que les hizo crear una cultura muy grande en un mercado muy pequeño. También es la primera vez que disputan los playoffs sin un Gasol en el equipo, una variable que ha sido decisiva en una entidad joven. De una forma o de otra, con casi la totalidad de su plantilla debutando en las eliminatorias por el título, y un gran entrenador como Taylor Jenkins también de estreno, los Grizzlies rascaron una victoria que no tiene por qué ser decisiva, pero que les eleva dentro del organigrama de la competición norteamericana. Y demuestra que los Jazz van a tener que jugar (muy) bien si quieren pasar a semifinales.
Y eso que los visitantes empezaron tensos, con las manos atenazadas y las muñecas oxidadas. Los nervios propios de un debut de dicha magnitud se multiplican con gente en las gradas y los Grizzlies, por mucho que están en medio de una revolución de incierto final, no son inmunes a ellos. Solo 17 puntos en el primero cuarto con menos del 30% en tiros de campo, 0 de 8 en triples y 3 pérdidas de balón. La tensión se fue diluyendo a partir del segundo periodo, cuando tomaron la delantera y empezaron a mirar a la cara a un rival que no aprovechó en exceso el dubitativo inicio de sus rivales y comenzó a encontrarse con las limitaciones de un juego perfecto si los tiros entran, pero con carencias en el momento en el que no están al 100%. Así estuvieron en esa espectacular racha de mitad de temporada en la que se convirtió en el mejor equipo de la NBA, y que les ha llevado a ganar 52 partidos. Pero, si quieren tener opciones de anillo, no pueden bajar el pistón: es posible que equipos como los Lakers del año pasado (de este, de momento no hablamos) puedan permitir ganar con una noche al 80%. Los Jazz, no.
La victoria no solo adelanta de manera tan inopinada como merecida a los Grizzlies en la serie ante Utah. También alarga el dulce momento del equipo de Memphis, que mandó a Stephen Curry a casa en el Chase Center y ahora se ha adelantado en Salt Lake City, una tónica que no sorrender dada la fortaleza que han mostrado este curso lejos del FeDexForum (20-16 este curso, 18-18 en casa). El héroe en esta ocasión no fue Ja Morant, que sí tuvo un gran intervencionismo; pero claro, estuvo opacado por la grandísima actuación de Dillon Brooks, el merecido héroe del encuentro: 31 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias, 2 robos y 2 tapones, +14 con él en pista y 13 de 26 en tiros de campo. En el último periodo le cedió el testigo a Morant (10 puntos, 26 + 4 + 4 en total), pero anotó una sola canasta clave, la que ponía tres arriba a su equipo, cuando los defensores de los Jazz corrían detrás suya buscando la falta y el escolta aseguró una ventaja que, a la postre, sería definitiva.
Los Jazz, un remontar
No es que estén en una situación de urgencia, pero los Jazz tienen que espabilar si no quieren sustos. Los playoffs hay que encararlos de una forma muy clara: partido a partido, ronda a ronda. El título puede estar en la cabeza de alguien, pero hay que focalizar en el momento y no en lo que está por venir. De nada les vale a los Jazz pensar en unas hipotéticas semifinales si no pasan primero por encima de un equipo completo y netamente inferior … pero con más ganas de pelea que nadie. No tener nada que perder convierte a cualquier rival en un peligro, y la energía mostrada por el juego exterior de los Grizzlies ha sorprendido a los de Quin Snyder, muy lejos de la versión de destrucción total de la temporada regular, con uno de los mejores (o el mejor) backourt de la Liga. Eso sí, hay una variable obligada que hay que tener en cuenta, la ausencia de Donovan Mitchell, que con problemas en los tobillos ha decidido no volver antes de tiempo y se le espera para el segundo asalto, en el que Utah no se puede permitir otra derrota.
Sin su estrella, Bojan Bogdanovic se fue a 29 puntos, pero falló el triple de la victoria; además, partido estéril de Royce O’Neal (3 tiros intentados en 36 minutos), 11 puntos de Joe Ingles, 22 + 6 + 11 de Mike Conley con una muy mala serie de tiro (6 de 18, con 3 de 11 en triples) y mal partido de Jordan Clarkson desde el banquillo, con 14 puntos pero 0 de 8 en triples. Rudy Gobert no estuvo mal (11 + 15), pero fue superado por la energía de Jonas Valanciunas (16 + 12, con 6 rebotes ofensivos) y solo Derrick Favors aportó algo de luz desde el banquillo (12 + 11). En definitiva, un poco de todo pero poco de muchos, ligeras dudas, ganas de que vuelva Mitchell y seis rondas de playoffs consecutivas perdiendo el duelo inicial, récord de la franquicia. Y una conclusión clara, el tremendo mérito que atesoran los Grizzlies, los, en estos momentos, héroes del pueblo. Y sí, no hay que sacar conclusiones precipitadas de un Juego 1. Pero…