Pocas piezas quedan por encajar. La NBA, esa liga que no espera a nadie, empieza a dibujar cómo será su próxima temporada. Esta misma madrugada, Dennis Schröder despejaba una de las grandes incógnitas del mercado. El base alemán, antes de llegar a playoffs, rechazó 84 millones por cuatro temporadas en Los Angeles Lakers; ahora, disputará una temporada con Boston Celtics a cambio de 5 millones. Lo dicho, no espera a nadie y, a estas alturas, los grandes movimientos ya están cerrados. Kyle Lowry, con una investigación por manipulación en marcha, jugará con Miami Heat y DeMar DeRozan, por su parte, en Chicago Bulls. Chris Paul, de los primeros en definir su futuro, y Kawhi Leonard, con más incertidumbre, fiel a su impermeable personalidad, continuarán en Suns y Clippers. Eran, seguramente, los nombres de más relumbrón; pero la agencia libre ha sido, y está siendo, intensa y amplia. Muchos millones y muchos cambios. En sus primeras horas, había acumulado 50 fichajes y casi 2.000 millones intercambiando vuelos de una ciudad a otra. Ahora …
Ahora las cifras se escapan de todo cálculo y, además, siguen en incremento. Porque queda poco por conocer, pero aún queda. Mark Cuban y Luka Doncic, en la rueda de prensa posterior a la firma del jugador esloveno, quizás el movimiento más importante en esta ventana, no se pronunciaban al ser preguntados por Goran Dragic. «No puedo decir nada, no quiero que me multe la NBA», respondía la estrella eslovena, feliz tras aceptar sus 207 millones por los próximos cinco años. El veterano jugador, actualmente, forma parte de la plantilla de Toronto Raptors. Llegó como parte de la operación Lowry, pero su futuro no parece estar ligado a la franquicia canadiense. Los Mavs le quieren y él quiere recalar en los Mavs. El único problema, seguramente, la fórmula: compra, traspaso … En junio, Mark Cuban aseguraba que su equipo necesitaba un segundo anotador que quitase peso ofensivo a Doncic; Dragic, a sus 35 años, podría encajar en ese rol. Puede que no a un nivel tan alto como en muchos momentos se soñó (Lowry, Kawhi …), pero con características más interesantes y con la química asegurada al lado de Luka, pues en 2017 coronaron continuamente el Eurobasket.
Los siguientes pasos del exjugador de Miami y, en general, los golpes que Dallas pueda dar al mercado son algunos de los principales tensores en la NBA. De Texas, precisamente, proviene de otro de los nombres interesantes que quedan por encontrar sitio: JJ Redick. El consagrado tirador es una apuesta segura, y asequible, para cualquier aspirante al anillo. Junto a todo ello, una trama que va más allá del presente mercado: Ben Simmons. «No está respondiendo a las llamadas, no quiere estar en los 76ers y, por lo que he escuchado, no formará parte de la pretemporada del equipo», revelaba, ayer mismo, Kendrick Perkins, en declaraciones que recoge la ESPN. Daryl Morey no encuentra el movimiento apropiado para el australiano, al que las invitaciones no le paran de llegar.
Sonó con fuerza Minnesota Timberwolves y se filtró que la franquicia de Philadelphia había rechazado una oferta procedente desde Indiana en la que Malcolm Brogdon era su principal activo. Daryl Morey quiere conseguir, a cambio, un jugador de talla All Star y no consideró a Brogdon como tal. Durante la noche del Borrador, incluso, se habló de que el gerente general ofreció a Simmons a los Warrios a cambio de Andrew Wiggins, James Wiseman y los escoge 7 y 14, convertidos en Moses Moody y Jonathan Kuminga. Ahora, al parecer, Sacramento Kings, a la desesperada por virar su rumbo, podría ser uno de los equipos mejor posicionados. Vivek Ranadive, propietario de la organización, está impaciente por volver a formar un equipo competitivo y, según informa La abeja de Sacramento, la gerencia empezaría a plantearse operaciones mucho más agresivas, con nombres que, hasta el momento, parecían intocables y que, sumado a lo anterior, podrían convencer a Morey. Simmons, mientras tanto, vuelve a ilusionar a sus fieles, con vídeos que, como cada verano, se viralizan a través de las redes sociales. En ellos, aparece, junto a Rajon Rondo, entrenando el tiro desde la larga distancia. La historia interminable, para los Sixers y para el propio jugador.
Pelicans, Blazers … y Markkanen
Los Mavericks, sin embargo, no eran los únicos que llegaban con deberes al presente mercado. Si se puede hablar de operación Doncic, rodear mejor al jugador esloveno, también se puede hablar de operación Lillard tu operación Zion. En el caso de Portland Trail Blazers, la coyuntura de especial importancia: Damian avisó y, según sus palabras, su futuro más inmediato va a depender de los movimientos del equipo en estas semanas. De momento, sin embargo, la operación más importante se encuentra en una renovación, la de Norman Powell por 5 años y 90 millones. Las caras nuevas, por su parte, son tres: Cody Zeller, Tony Snell y Ben McLemore. Difícilmente, suficientes como para contentar a Lillard. Antes de empezar los Juegos Olímpicos, el periodista Henry Abott (Verdadero aro), apelando a fuentes cercanas al jugador, afirmaba que el base planeaba dar el paso definitivo para salir de la franquicia. Esos mismos días, se habló de una reunión en Las Vegas entre franquicia y jugador, con la intención de calmar la situación. Tras el oro en Tokio, el lista no ha cambiado en demasía y la guerra fría continúa.
En New Orleans, seguramente, estén anotando todo lo que pasa en Portland. La máxima estrella insatisfecha, un proyecto que no termina de dar el paso definitivo … Los rumores alrededor de Zion Williamson son constantes. Nada más terminar la temporada, la prensa estadounidense filtró que el entorno del jugador no quería que Zion continuase en los Pelicans. El interior, por su parte, tras jugar en el Madison, ya dejó claro que no solamente tiene ojos para su actual equipo. La cuerda se va tensando y habrá que ver si Devonte ‘Graham, Tomas Satoransky o Garrett Temple pueden ser suficientes. A ellos, eso sí, se podría unir Lauri Markkanen. El juagdor de los renovados Bulls, agente libre restringido (seguramente, el más interesante con futuro incierto), está buscando destino y, a día de hoy, el equipo de Willie Green, que se estrenará en el banquillo, es uno de los máximos interesados. Junto a él, justamente, los Mavericks, pero también Minnesota Timberwolves o Boston Celtics. Así mismo, enlazando con los propios Pelicans, Josh Hart es el otro agente libre restringido que, junto a Markkanen, aún puede agitar un poco el mercado.
Bradley Beal, el Tres grandes y la generación de 2018
Con todo ello, y con pocas dudas más por resolverse, ya se puede empezar a mirar un poco más allá. Doncic, Trae Young y Shai Gilgeous-Alexander, en estos días, se han convertido en niños de oro. Han aceptado su primera extensión desde el contrato de novato y lo han hecho, además, por cifras históricas. Es una generación dorada y, como tal, aún pueden llegar más renovaciones este verano, el último para evitar que, en su último curso, los jugadores pasen a ser agentes libres restringidos. Deandre Ayton, tras su fase final con Phoenix, está llamado a ello; pero Collin Sexton, Donte DiVincenzo, Kevin Huerter o Jaren Jackson Jr. podrían acompañar.
No es el único trabajo que las oficinas pueden ir avanzando. Eso mismo han debido pensar en Brooklyn, de hecho, con el nuevo contrato de Kevin Durant (cuatro años y 198 millones). Para la temporada 2022-23, el flamante campeón olímpico tenía una opción de jugador de 42 millones, pero los Nets han querido ahorrarse cualquier posible susto. Ahora, podrían buscar hacer lo mismo con Kyrie Irving y James Harden, también con opciones de jugador para la campaña mencionada. Una situación idéntica a la de Bradley Beal, que ha visto cómo se marchaba de su lado Russell Westbrook y llegaba Spencer Dinwiddie. A lo largo de todo el curso, las dudas sobre la continuidad del escolta, segundo máximo anotador de la competición por detrás de Stephen Curry, han sido contantes y Dinwiddie, nada más llegar, se quedó lejos de despejarlas. «He hablado con él, obviamente. Sus decisiones son solo suyas. Creo que en este momento ambos estamos dispuestos a apostar el uno por el otro. Si los planes cambian, entonces cambian. Pero ahora estamos aquí y creo que tenemos una oportunidad especial», declaró. La NBA no espera a nadie. Una vez más.