No es sólo que falle Durant, solucionador de problemas sobre una cancha por naturaleza, es que en los partidos en los que los Nets actúan como locales tampoco está Irving. De momento, aunque todo se encamina hacia una liberación próxima en ese aspecto. Pero es que no pueden esperar. La temporada se le va a los de Brooklyn en partidos como éste. Los Raptors no sólo son un rival directo sino que tuvieron la oportunidad de dejar la reputación de uno de los favoritos al título por las horas después de que éstos ganaran en la pista del campeón. La baja de Kyrie amplía su importancia porque no tienen margen de error. En el mecado de traspasos cambiaron a Harden por Simmons y el segundo todavía no está disputando partidos, falta adaptación para Curry, Drummond y Dragic, el tiempo pasa y los canadienses ya superan en victorias a este superequipo. En el Barclays Center sufren lo indecible: una victoria en las últimas siete citas que han tenido allí. Puede ser transitorio, pero no coincidencia.
Los Raptors salieron con el cuchillo afilado y asestaron severos golpes al rival desde el mismo comienzo. 42 puntos en la primera manga les auparon para ganar y vencer en los tres siguientes tramos. Ni opción para unos Nets que cayeron por 36: 97-133.
Fueron mucho más agresivos los de Nurse, que forzaron a los de un Nash ausente por enfermedad a tener diez pérdidas más que ellos. Estaron más acertados en los tiros, metiendo más de la mitad de los de campo y acercándose a ello también en los que sólo valían tres puntos. Un repaso considerable en el que no se salvó nadie en el conjunto neoyorquino. Se abre un periodo de reflexión para partidos estos en el seno de los Nets si no pueden contar, de momento, con ningún jugador más. Son octavos en la clasificación de la conferencia, los Raptors abren un poco más de brecha con ellos, y están fuera de los puestos de acceso directo en un Este que en el presente curso se ha puesto más caro que nunca.
