Plazos y vencimientos improrrogables, alto nivel de competitividad y exigencia y estar siempre disponible para el cliente; son algunas de las circunstancias con las que deben lidiar los abogados en el ejercicio de su profesión. Factores que si no se gestionan bien o se les unen otros problemas personales pueden suponer un riesgo auténtico para la salud tanto física como mental de estos profesionales.
Conscientes de esta realidad y de la necesidad de visibilizarla para poder atacar los problemas que muchas veces se derivan de ella, como el estrés, la depresión, la ansiedad, la fatiga, las adicciones o incluso el suicidio; algunos colegios de la abogacía han tomado cartas en el asunto para ayudar a sus colegiados a cuidar su salud mental y física. Así, el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) presentó el pasado martes 4 de julio desde su Fundación ICAM Cortina su proyecto de Bienestar Integral.
El programa se articula en tres líneas de actuación: la primera de ellas enfocada en los colegiados; la segunda en los despachos, para dotarles de herramientas para realizar sus propios programas de bienestar y convertirlos en agentes del cambio en esta materia; y la tercera en los trabajadores del ICAM. “El programa de Bienestar Integral ICAM no solo contempla el apoyo psicológico, sino que es un programa ambicioso para el cuidado del bienestar integral y de la salud mental de toda la abogacía”, destaca isabel winkelsvicedecana del ICAM y responsable del programa.
Dentro del primer eje del programa, destinado a los colegiados, se han habilitado dos líneas de atención telefónica gratuitas: una de apoyo psicológico y otra de acompañamiento emocional y escucha activa. Estos servicios, explica mariola quesada, abogada experta en bienestar organizacional en el sector legal y una de los artífices del proyecto, serán atendidos, respetando el anonimato de los abogados, por especialistas de Quirón Salud y del Teléfono de la Esperanza, respectivamente. “En la pandemia llevamos a cabo un proyecto de coaching ejecutivopero nos dimos cuenta de que no podíamos auxiliar a algunos compañeros que precisaban la ayuda de profesionales médicos o psicólogos o simplemente necesitaban ser escuchados”, indica.
Por su parte, Ana Buitrago, vicepresidenta de la Fundación ICAM Cortina y diputada de la Junta de Gobierno responsable del área social, coinciden en que el colegio no podía quedarse atrás en la defensa de sus profesiones en cuanto a su bienestar integral y su salud mental, y augura una gran acogida de esta iniciativa. “El mismo día de la presentación del programa, ya habían llamado tres compañeros”, señala.
Asimismo, los abogados del ICAM disponen de materiales de ayuda como los protocolos stop suicidios y stop adicciones y de un extenso itinerario formativo compuesto por talleres, dirigidos por especialistas, en los que se tratan temas como la inteligencia emocional, la nutrición, el consciencia o el equilibrio entre trabajo y familia.
Paralelamente, se ha creado el Observatorio del bienestar, que como detalla Isabel Winkels, tiene el cometido de “lanzar el primer gran estudio de salud mental para la abogacía madrileña para identificar de manera más clara los problemas, afinar propuestas y aportar soluciones que redunden en mejoras efectivas”. El Observatorio cuenta con el apoyo de un consejo asesor, compuesto por los decanos, presidentes, vicedecanos y vicepresidentes de los colegios de abogacía, médicos, psicología y trabajo social de Madrid.
Formación especializada
Otro proyecto que pretende ayudar a los abogados en el cuidado de su salud es el del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla (ICAS). El pasado mes de enero, el ICAS puso en marcha una comisión de salud a través de la cual se realizan distintas formaciones, impartidas por expertos, psicólogos y otros profesionales, para ayudar a los colegiados en todo lo relativo a la salud mental y física para el ejercicio de la abogacía. “Queremos sensibilizar y crear conciencia sobre la necesidad de autocuidado mental y físico en esta profesión mediante estas formaciones”, subrayar, manuel aguilardiputado coordinador de la comisión de salud mental, del ICAS.
Visibilizar los problemas y pedir ayuda
Gema González. Esta abogada colegiada del ICAM desde hace 35 años, acudió a su Colegio en busca de ayuda y orientación tras ser despedida de la multinacional en la que trabajaba y con una salud preocupante. “En 2016 acababa de cambiar de trabajo y me detectaron un cáncer de pecho, al cabo de un tiempo me echaron y me vi sin trabajo con 55 años y con una gran preocupación por mi salud”, cuenta. “Tras operarme empecé a buscar trabajo, pero me sentí muy perdida, no sabía por dónde tirar, así que acudí al ICAM en busca de cursos y allí encontré además el apoyo emocional que necesitaba”, recuerda. A raíz de esta experiencia Gema destaca la importancia de pedir ayuda y de no quedarse paralizada por la situación y seguir moviéndose, en su caso, para encontrar trabajo. Gema celebra el nuevo proyecto de bienestar integral del ICAM que, en su opinión, tiene los tres elementos fundamentales para ayudar a los abogados: la escucha activa, el apoyo emocional y la formación.
Inmaculada Clemente. Esta abogada del Colegio de la Abogacía de Cáceres sufrió una depresión a raíz de la muerte de su madre, que le afectó en su trabajo. Tras ello tuvo una baja por una lesión: codo de tenista, durante la cual la angustia por reincorporarse llegó hasta tal punto que terminó con una baja por estrés. “Sufrí mucho estrés porque quería recuperarme cuanto antes para tener el alto y poder volver a trabajar, ya que los plazos procesales no se detuvieron, y acabé con una baja por estrés”, relata. En su opinión, el Consejo General de la Abogacía Española debería darle más importancia a la salud mental y tener un servicio de atención psicológica para todos los abogados, ya que considera que, a los colegios pequeños, como el suyo, les es más difícil contar con este tipo de iniciativas.