Steven Adler y su socio Paul Busciolano no pueden creer que la ciudad esté construyendo varias carpas gigantes justo al frente de su campo de béisbol para niños.
«Es una idea terrible, que no me gusta y que va a dañar a la comunidad, y de hecho ya está dañando mi complejo deportivo. Me han hecho llamadas diciéndome que tan pronto como lleguen los inmigrantes, no van a enviar a sus hijos a entrenar», dijo Adler, presidente, HBQVB Little league.
Y es que debido a los 60 mil inmigrantes a carga de la ciudad y distribuidores en refugios donde ya no cabe ni uno más, se han visto en la necesidad de construir y levantar carpas gigantes tanto en Queens como en Randall’s Island.
En el de Creedmoor se espera que vivan 1000 inmigrantes solteros, como dos hermanos ecuatorianos que este lunes esperaban en las afueras del hotel Roosevelt con la esperanza de encontrar un lugar donde dormir.
«Pues la verdad es que nosotros necesitamos donde vivir, a veces no tenemos ni donde quedarnos y hemos venido acá al refugio a que nos ayuden», dijo Germán Chasiquiza.
«Mi meta es, ya que estoy aquí, es salir adelante. Buscar un trabajito y ayudar a mi padre ya mis hermanos. Los migrantes venimos a trabajar y no hacer las cosas que es robar y otras cosas más», dijo Vinicio Chasiquiza.
En este terreno estatal de Creedmoor, decenas de trabajadores construyen el albergue que desde el miércoles recibirán a mil inmigrantes. Y quizás los hermanos sean enviados acá. Ellos dicen que al final todos somos seres humanos y que no concluyeron a hacer daño a nadie.
“La verdad es que nosotros hemos venido para sobresalir, por nuestras familias, por nuestros hijos y que vengan otras personas a tomarnos mal”, agregó Germán.
De acuerdo con el alcalde el costo para mantener a los inmigrantes es de aproximadamente 10 millones de dólares diarios, sin embargo, estas carpas e instalaciones serán pagadas por el estado, luego de llegar a un acuerdo con la gobernadora Hochul.
Busciolano.
«En este vecindario al lado de las carpas estas, hay al menos una decena de escuelas, en menos de una milla de distancia. Justo al frente tenemos cientos de niños que juegan durante todo el año, es una terrible situación», dijo Busciolano, vicepresidente, ligas menores de HBQVB.
