Al menos 48 personas murieron en el potente terremoto que sacudió el oeste de Japón el lunes, dijeron las autoridades un día después del desastre, mientras seguían revisando los escombros de los edificios derrumbados y quemados.
Entre los muertos había 19 en Wajima, una ciudad de la prefectura de Ishikawa, el epicentro costero del terremoto, que provocó alertas de tsunami, extensas evacuaciones y cortes de energía generalizados después de que se produjo alrededor de las 4:10 pm del día de Año Nuevo.
Después del terremoto, que registró una intensidad sísmica de 7,6 en la escala japonesa de intensidad sísmica, se produjo un gran incendio en Wajima. Algunos murieron tras quedar atrapados entre los escombros de edificios destruidos.
Las alertas de tsunami se levantaron el martes por la mañana y el terremoto no produjo olas tan altas como se temía inicialmente. La policía, los bomberos y miembros de las Fuerzas de Autodefensa del país todavía estaban evaluando los daños, que incluían carreteras pandeadas junto con casas e instalaciones comerciales carbonizadas.
Alrededor de 33.000 hogares en Ishikawa y la vecina prefectura de Niigata se quedaron sin electricidad el martes por la mañana, dijo Yoshimasa Hayashi, secretario jefe del gabinete. Cerca de 20.000 hogares en cuatro prefecturas carecían de agua corriente. Hayashi dijo que 57.360 personas habían huido de sus hogares y acudido a casi 1.000 centros de evacuación diferentes en las prefecturas afectadas.
Dijo que los funcionarios continuaron buscando personas enterradas bajo los escombros después de que se informaran 120 incidentes de este tipo a la policía local o a los departamentos de bomberos, lo que plantea la posibilidad de un mayor número de muertos. Hayashi dijo que las centrales nucleares de las prefecturas afectadas seguían sin presentar anomalías.
Las autoridades advirtieron a los residentes de las zonas afectadas que se prepararan para nuevas réplicas, deslizamientos de tierra o nuevas advertencias de tsunami. En declaraciones a los periodistas en una sesión informativa el martes por la mañana, Noriko Kamaya, de la Agencia Meteorológica de Japón, dijo que había entre un 10 y un 20 por ciento de posibilidades de que pudiera ocurrir un terremoto de intensidad equivalente la próxima semana. Instó a los residentes a tener precaución durante las actividades marítimas como la pesca.
El primer ministro Fumio Kishida dijo a los periodistas el martes que los equipos estaban trabajando para despejar las carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra o edificios dañados. También dijo que los minoristas estaban suministrando agua, alimentos, mantas, baños portátiles y más a las personas alojadas en los centros de evacuación.
Miharu Nishiyama contribuyó con informes desde Tokio.
