En la ciudad de Nueva York solo hay un puñado de dispensarios que han obtenido licencia para la venta de marihuana, cuyo uso recreativo es legal en el estado desde 2021; sin embargo millas de tiendas y puestos ambulantes ofrecen todo tipo de productos derivados del cannabis.
Ahora las autoridades quieren sofocar esta falla.
Para ello, la gobernadora Kathy Hochul dijo hoy un proyecto de ley que impone multas de hasta 10.000 dólares por día a estos locales de venta de drogas recreativas que han brotado como hongos por todos los barrios de Nueva York y más allá.
Las nuevas leyes otorgarán a las fuerzas de seguridad, así como a la Oficina de Gestión del Cannabis y al Departamento de Impuestos y Finanzas, la capacidad de hacer cumplir las restricciones en los dispensarios de tiendas sin licencia.
El proyecto anunciado hoy también incluye multas de hasta 200.000 dólares por la posesión ilegal de plantas de marihuana o de productos derivados.
Tanto la producción, como el procesamiento, el transporte o la venta de cannabis están regulados por las autoridades estatales, que exigen acceder a permisos para el desarrollo de estas actividades.
«La existencia continuada de dispensarios ilegales es inaceptable y necesitamos herramientas adicionales para proteger a los neoyorquinos de productos peligrosos y para apoyar nuestras iniciativas de equidad», dijo Hochul, en referencia a que la legalización de la marihuana pretende favorecer la adjudicación de licencias a miembros de comunidades que fueron víctimas de la persecución desproporcionada del consumo de marihuana.
La industria legal del cannabis también ha mostrado su total desacuerdo con la presencia masiva de estos locales argumentando que les perjudica.
«Los impuestos sobre el cannabis para el uso recreativo de los adultos financian nuestras escuelas y programas de tratamiento de drogas y educación pública», dijo por su parte la comisionada interina de Impuestos y Finanzas del estado, Amanda Hiller.