Es importante protegerse con una sombrilla de los rayos del sol, en las horas de más calor. Crédito: LOUISA GOULIAMAKI | AFP / Getty Images
Te contamos cómo reacciona tu cuerpo cuando se ve sometido a temperaturas calurosas extremas y qué puedes hacer para minimizar su impacto.
El sur de Europa y otras regiones del hemisferio norte atraviesan una ola de calor con temperaturas extremas.
En Italia, por ejemplo, donde se vieron temperaturas de cerca de 47°C en Sardinia y Sicilia, la mayoría de las principales ciudades se encuentran en alerta roja por calor extremo.
¿Pero qué efecto puede tener el calor extremo en nuestro cuerpo? Te explicamos qué le pasa a tu organismo cuando se expone a altas temperaturas, y cómo cuidarte para reducir su impacto.
¿Qué le hace el calor extremo a nuestro cuerpo?
A medida que el cuerpo se calienta, los vasos sanguíneos se dilatan, se abren. Esto hace que tengamos una tensión arterial más baja y que el corazón trabaje más para empujar la sangre por todo el cuerpo.
Esto puede causar síntomas leves, como sarpullido con picazón o pies hinchados.
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A la vez, empezaremos a sudar, y esto lleva a la pérdida de líquidos y sal y, de manera crucial, cambia el equilibrio entre ellos en el cuerpo.
Esto, combinado con la presión arterial baja, puede hacer que nos dé un golpe de calor o insolación. Los síntomas incluyen:
- mareos
- náuseas
- desmayo
- confusión mental
- calambres musculares
- dolor de cabeza
- sudoración intensa
- cansancio
Si la presión arterial baja muy rápido, aumenta el riesgo de ataques cardíacos.
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Nuestro cuerpo se esfuerza por mantener una temperatura interna de aproximadamente 37,5 °C, ya sea que estemos en medio de una tormenta de nieve o en una ola de calor.
Es la temperatura a la que nuestro cuerpo está acostumbrado a trabajar.
Pero a medida que el clima se vuelve más cálido, el cuerpo tiene que esforzarse para mantener baja su temperatura interna.
Por eso se dilatan los vasos sanguíneos más cercanos a la piel, para expulsar ese calor y se empieza a sudar.
Cómo puedo mantenerme a salvo del calor
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Las autoridades sanitarias dan algunos consejos al respecto:
- Presta atención a aquellas personas que puedan tener dificultades para mantenerse frescas, como las personas mayores, personas con problemas de salud subyacentes o que vivan solas.
- Mantén fresco el interior de tu casa cerrando las cortinas de las habitaciones a las que le da el sol.
- Bebe mucha agua y evita el alcohol.
- No dejes a nadie dentro de un vehículo cerrado, especialmente bebés, niños pequeños y animales.
- Mantente alejado del sol entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, cuando los rayos de sol son más fuertes.
- Busca estar a la sombra, usa bloqueador solar que tenga un alto índice de protección y cubre tu cabeza con un sombrero o gorra.
- Evita hacer ejercicio durante las horas más calurosas.
- Lleva agua contigo si vas a desplazarte.
- Sé consciente de los riesgos que pueda haber en caso de que decidas bañarte en un río o en aguas abiertas para refrescarte.
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¿Qué alimentos debemos comer o evitar durante las olas de calor?
Lo más recomendable es seguir una dieta variada y equilibrada, con un patrón Mediterráneo (que incluye productos de estación, principalmente de origen vegetal, como frutas, verduras, legumbres, cereales y aceite de oliva), según explica Carmen González Vázquez, profesora en el Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Internacional de La Rioja, España, en un artículo de The Conversation.
Trata en lo posible de comer alimentos crudos. (Foto: GETTY IMAGES) Es preferible hacer ingestas ligeras y frescas a lo largo del día, evitando comidas muy abundantes y ricas en grasas, así como evitar los excesos en el consumo de proteínas de grandes animales, como carne de vaca o cordero.
También es importante elegir alimentos que contengan más agua, y, en lo posible, optar por alimentos que se consuman crudos o que requieran de poca cocción.
¿Cómo puedo dormir bien por la noche?
Usa sábanas delgadas, y si eres de las personas que no pueden dormir sin calcetines, mételos a enfriar en la nevera antes de ponértelos y sigue tu rutina habitual antes de acostarte, recomiendan los expertos.
Si el calor es muy intenso incluso de noche, usa un ventilador y abre las ventanas para que se creen corrientes de aire.
¿Qué debo hacer si veo a alguien que sufre un golpe de calor o insolación?
Si la persona puede enfriarse y volver a una temperatura más baja en media hora, entonces el golpe de calor no es grave.
Las autoridades sanitarias aconsejan:
- Llévalo a un lugar más fresco.
- Haz que se acueste y que levante los pies ligeramente.
- Haz que beba mucha agua. Las bebidas deportivas o de rehidratación también son una buena opción.
- Enfría su piel. Puedes rociarlos con agua, pasarles una esponja o trapo previamente sumergidos en agua fría o abanicarlos. Las compresas frías alrededor del cuello y de las axilas también son buenas.
- Si después de haber hecho todo esto no se recupera a los 30 minutos, lo que sigue es una insolación.
Esto es una emergencia médica y debes llamar a los servicios de urgencias.
Las personas que sufren una insolación o golpe de calor dejan de sudar aunque tengan demasiado calor. Su temperatura pueden superar los 40 °C y podrían tener convulsiones o perder el conocimiento.
¿Quién corre más riesgo?
Las personas mayores son particularmente vulnerables. (Foto: GETTY IMAGES) La vejez o algunas dolencias crónicas, como las enfermedades cardíacas, pueden hacer que las personas sean menos capaces de hacer frente a la tensión que el calor ejerce sobre el cuerpo.
La diabetes puede hacer que el cuerpo pierda agua más rápidamente y algunas complicaciones en esta enfermedad pueden alterar los vasos sanguíneos y la capacidad para sudar.
Los niños y aquellas personas que tiene menos movilidad también pueden ser más vulnerables.
Las enfermedades cerebrales, como la demencia, también pueden hacer que algunas personas no sean conscientes del calor o que no sean capaces de hacer nada al respecto.
Las personas sin hogar también estarán más expuestas al sol.
¿Hay medicamentos que aumenten el riesgo?
Los diuréticos, a veces llamados “píldoras de agua”, aumentan la cantidad de líquidos que expulsa el cuerpo. Se usan bastante, incluso para la insuficiencia cardíaca. Con temperaturas altas, aumentan los peligros de deshidratación y los desequilibrios en algunos minerales que son clave en nuestro cuerpo.