El secretario general de Naciones Unidas advirtió el martes a Israel que el rechazo del primer ministro Benjamin Netanyahu a una solución de dos Estados prolongará de manera indefinida un conflicto que amenaza la paz global y envalentona a los extremistas de todo el mundo.
En su mensaje más duro sobre la guerra entre Israel y Hamás, el secretario general António Guterres dijo en el marco de un encuentro ministerial del Consejo de Seguridad de la ONU que «el derecho del pueblo palestino a construir su propio Estado completamente independiente debe ser reconocido». por todos, y la negativa de cualquiera de las partes a aceptar la solución de dos Estados debe ser rechazada con firmeza».
La solución alternativa de un solo Estado «con un número tan grande de palestinos dentro sin ningún sentido real de libertad, de derechos y dignidad… será inconcebible», dijo.
Guterres también dijo que los riesgos de una escalada regional del conflicto «se están volviendo reales ahora», haciendo referencia a Líbano, Yemen, Siria, Irak y Pakistán. Urgió a todas las partes a «dar un paso atrás del borde del abismo y considerar el espantoso costo» de una guerra más amplia.
El rechazo de Netanyahu a un Estado palestino en cualquier escenario de posguerra dio pie a una profunda ruptura con el aliado más cercano de Israel: Estados Unidos, que sostiene que la guerra tiene que llevar a negociaciones para una solución de dos Estados en la que Israel y los palestinos puedan convivir en paz. Como ministros y embajadores reiteraron el martes, este objetivo cuenta con el respaldo de países de todas partes del mundo.
«El derecho del pueblo palestino a construir su propio Estado plenamente independiente debe ser reconocido por todos».
– @antonioguterresante el Consejo de Seguridad, afirma que sólo hay una salida a la crisis en Oriente Medio: la solución de los dos Estados. pic.twitter.com/4Bva2MjPhO
— Naciones Unidas (@ONU_es) 23 de enero de 2024
El secretario general de la ONU también reiteró su llamado a un alto el fuego humanitario, una petición respaldada por casi todas las naciones.
Pero el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, rechazó nuevamente un alto el fuego, alegando que Hamás, que lanzó un ataque contra el sur de Israel el 7 de octubre, está decidido a atacar de nuevo ya destruir Israel, y que ponerle un alto a los combates solamente significaría permitir a los combatientes «reagruparse y rearmarse».
Instó al Consejo de Seguridad a «eliminar la raíz» del conflicto, que dijo era Irán.
Erdan criticó duramente la presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Irán en la reunión del Consejo de Seguridad, y dijo que el país proporciona armas a Hamás, a los combatientes de Hezbollah en el Líbano, ya los combatientes hutíes en Yemen, «y pronto esos actos se desplegarán bajo un manto nuclear».
Irán ha negado estar en la búsqueda de armas atómicas pacíficas e insiste en que su programa nuclear tiene exclusivamente fines finos. Sin embargo, la agencia de la ONU que vigila al ámbito nuclear ha alertado que Irán cuenta con uranio enriquecido lo suficiente para construir bombas nucleares si decide hacerlo.
El ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riyad al-Maliki, dijo que Israel está llevando a cabo «la más salvaje campaña de bombardeos» desde la Segunda Guerra Mundial, la cual está provocando hambruna y un desplazamiento masivo de civiles. «Este es un ataque de atrocidades» que ha destruido innumerables vidas inocentes, añadió.
El Ministerio de Salud de Gaza afirma que más de 25.000 palestinos han muerto desde el inicio de la guerra a causa de los ataques de Israel, que además ha causado una destrucción generalizada, desplazando a cerca del 85% de los 2,3 millones de habitantes de la franja, y de hecho que una cuarta parte de la población esté pasando hambre.
Israel inició su embestida militar en respuesta a los ataques del 7 de octubre, cuando los combatientes palestinos mataron cerca de 1.200 personas y tomaron unas 250 como cautivos.
Al-Maliki dijo que Israel no considera a los palestinos como un pueblo y como «una realidad política con la cual coexistir, sino como una amenaza demográfica de la cual deshacerse por medio de muerte, desplazamiento o sumisión». Indicó que esas son las opciones que Israel ha ofrecido a los palestinos, y las descritas como equivalentes a «genocidio, limpieza étnica o apartheid».
Al-Maliki dijo que sólo hay dos caminos a futuro: Uno empieza con la libertad de los palestinos y trae paz y seguridad a Oriente Medio, y el otro niega la libertad y «sentencia a nuestra región a más derramamiento de sangre ya un conflicto sin aleta».