Orlando Cepeda, miembro del Salón de la Fama del béisbol, falleció la noche del viernes a los 86 años de edad, según confirmó la familia del deportista.
Los Gigantes de San Francisco y su familia anunciaron la muerte el viernes por la noche, y se guardó un minuto de silencio mientras su foto aparecía en el marcador del Oracle Park a mitad de un partido contra los Dodgers de Los Ángeles.
«Nuestro querido Orlando falleció pacíficamente en casa esta noche, escuchando su música favorita y rodeado de sus seres queridos», dijo su esposa, Nydia, en un comunicado difundido a través del equipo. «Nos consuela saber que está en paz».
Ha sido un mes desgarrador para los Giants, dado que la muerte de Cepeda siguió a la del miembro del Salón de la Fama Willie Mays, fallecido 10 días antes, el 18 de junio.
Nacido en Puerto Rico y conocido como “Baby Bull”, Cepeda llegó a las Grandes Ligas en 1958 y rápidamente se consolidó como una de sus principales figuras.
Cepeda fue un habitual en los partidos en casa de los Giants durante la temporada 2017 hasta que lidió con algunos problemas de salud.
Fue hospitalizado en el Área de la Bahía en febrero de 2018 tras un evento cardíaco.
Una de las primeras estrellas puertorriqueñas en las mayores, pero limitada por problemas de rodilla, se convirtió en el primer bateador designado de Boston y atribuyó a su tiempo como DH el haber sido consagrado en el Salón de la Fama en 1999 como seleccionado por el Comité de Veteranos.
«El amor incondicional de Orlando Cepeda por el béisbol brilló durante su extraordinaria carrera como jugador, y más tarde como uno de los embajadores más perdurables del deporte», declaró Jane Forbes Clark, Presidenta del Salón de la Fama.
El Comisionado de la MLB, Robert Manfred Jr, envió un comunicado manifestando: «Esta querida figura de Puerto Rico fue uno de los muchos jugadores de su época que ayudaron a convertir el béisbol en un juego multicultural».
El comisionado Manfred emitió hoy la siguiente declaración con respecto al fallecimiento del miembro del Salón de la Fama Orlando Cepeda: pic.twitter.com/OLyykqYJRx
— Comunicaciones de la MLB (@MLB_PR) 29 de junio de 2024
«Echaremos de menos su maravillosa sonrisa en el fin de semana del Salón de la Fama en Cooperstown, donde su espíritu brillará para siempre, y hacemos llegar nuestro más sentido pésame a la familia Cepeda».
Cuando los Red Sox llamaron a Cepeda en diciembre de 1972 para preguntarle si le gustaría ser su primer bateador designado, el desempleado jugador aceptó en el acto.
Tuvo 10 operaciones de rodilla en total, lo que le dejó fuera de juego cuatro años diferentes.
Al principio, un gerente le dijo a Cepeda que volviera a casa, a Puerto Rico, y aprendiera inglés antes de retomar su carrera en Estados Unidos.
«Al venir aquí mi primer año, todo fue una novedad para mí, una sorpresa», recordó Cepeda en una entrevista de 2014 con la AP. «Cuando llegué a Virginia, estuve un mes y mi padre murió. Mi papá dijo: 'Quiero ver a mi hijo jugar pelota profesional', y murió un día antes de que yo jugara mi primer partido en Virginia».
“De allí me fui a Puerto Rico y cuando volvía aquí, tuve que volver porque no teníamos dinero y mi madre me dijo: 'Tienes que volver y enviarme dinero, no tenemos dinero para comer'”, relató.
Cepeda había seguido animándose al ver a tantos jugadores jóvenes de Latinoamérica que llegaban a Estados Unidos con mejores conocimientos de inglés, gracias en gran parte a que las 30 organizaciones de las Grandes Ligas ponen más énfasis en este tipo de formación a través de academias en la República Dominicana y Venezuela.
También se ofrecen clases de inglés a los jugadores jóvenes durante los entrenamientos de primavera y en la primavera extendida, además de a través de los diversos niveles de las ligas menores.
Fue elegido Novato del Año de la Liga Nacional durante su primera temporada con los Gigantes.
Fue también nombrado «Jugador Más Valioso» con los Cardenales en 1967 y disputó 11 veces el juego de las estrellas.
Cepeda, quien también jugó con los Bravos, Atléticos, Reales y Medias Rojas, pegó 379 jonrones en 17 años de carrera.
No fue hasta después de esa temporada 1973 como DH que Cepeda pudiera mirar hacia atrás y apreciar todo lo que había logrado ese año -junto con la gran parte que jugó en la historia y el cambio en el deporte.
«Simplemente lo hice», dijo sobre el aprendizaje del DH. «Cada día, me digo a mí mismo, lo afortunado que soy de haber nacido con las habilidades para jugar a la pelota».
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