El hijo del presidente Joe Biden, Hunter Biden, fue acusado el mes pasado por el fiscal especial David Weiss en relación con un arma que compró en 2018, la primera vez en la historia de Estados Unidos que el Departamento de Justicia acusa al hijo de un presidente en ejercicio.
Los cargos incluyen hacer declaraciones falsas en un formulario federal de armas de fuego y posesión de un arma de fuego como persona prohibida.
Si es declarado culpable por todos los cargos, Hunter Biden podría, en teoría, enfrentar hasta 25 años de prisión y multas de hasta 750.000 dólares, según documentos judiciales.
Sin embargo, los acusados rara vez reciben la pena máxima, especialmente en casos como estos, que involucran delitos no violentos y un presunto delincuente por primera vez.
La acusación de tres cargos fue presentada por un gran jurado federal en Delaware, según documentos judiciales.
- Cuenta uno acusa a Hunter Biden de mentir en un formulario de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) cuando compró el arma, al jurar falsamente que no era adicto a drogas ilegales ni consumía drogas ilegales.
- Cuenta dos acusa a Hunter Biden de mentirle al traficante de armas con licencia federal en Wilmington donde compró el arma. La supuesta mentira estaba relacionada con la misma declaración jurada en el formulario de la ATF.
- Cuenta tres acusa a Hunter Biden de posesión ilegal del arma mientras consume drogas o es adicto a las drogas, lo cual es un delito federal. Poseyó el arma durante 11 días en 2018.
La Casa Blanca pensó en el drama legal de Hunter Biden terminaría este verano, pero un acuerdo de culpabilidad alcanzado con Weiss para resolver el asunto sin cargos colapsó durante el verano en medio del escrutinio de un juez federal. Los republicanos de la Cámara de Representantes también anunciaron una investigación de juicio político sobre el presidente en relación con los negocios de Hunter Biden.
Los problemas legales de Hunter Biden relacionados con las armas involucran un arma de fuego que compró en octubre de 2018. Mientras compraba un revólver en una armería de Delaware, mintió en un formulario federal cuando juró que no estaba usando ni era adicto a ninguna droga ilegal. a pesar de que estaba luchando contra la adicción al crack en el momento de la compra.
