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lunes, julio 28, 2025

Recomendación y Advertencia a Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina y Luis Abinader

Política.Elecciones,Gobierno,Democracia,Corrupción,Transparencia.
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Danilo Medina.Hipólito Mejía,Rafael Trujillo,Juan Bosch
Joaquín Balaguer,José Francisco Peña GómezRecomendación y Advertencia a los Expresidentes y al Presidente en Funciones de la República Dominicana

Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina y Luis Abinader: Con el más alto sentido de respeto a su investidura presente o pasada, y en virtud de su responsabilidad histórica y moral frente a la Nación, me dirijo a ustedes para formular una urgente recomendación y una solemne advertencia, en torno al grave y creciente problema migratorio que enfrenta la República Dominicana.

Hoy, la Nación que ustedes han guiado en distintas etapas de su historia contemporánea se enfrenta a una crisis que amenaza no solo nuestra soberanía territorial, sino también la estabilidad social, la seguridad ciudadana, la identidad cultural y el futuro económico de nuestro pueblo.

Reunión Inmediata y Sin Pretextos:
Se exhorta a que, dejando de lado las diferencias partidarias y personales, convoquen de manera pública y formal una cumbre de expresidentes y el actual presidente. La magnitud del desafío migratorio requiere una visión de Estado, no de partido, y la historia no juzgará sus colores políticos, sino su capacidad de actuar a tiempo.

El único tema a tratar debe ser la formulación de un Gran Pacto Nacional sobre Migración y Soberanía, que establezca lineamientos consensuados para regular, controlar y ordenar el fenómeno migratorio, especialmente en lo que respecta a la migración irregular proveniente de Haití, pero también atendiendo otras realidades migratorias.

Creación de un Consejo Nacional de Emergencia sobre Migración:
Este consejo debe tener carácter consultivo y estratégico, y estar compuesto por las principales cabezas políticas, el liderazgo empresarial, social, militar y eclesiástico del país. Ustedes, como líderes históricos, deben impulsarlo y garantizar que sea una instancia de acción real, no un simulacro de debates.

Deberán acordar una estrategia diplomática unificada para presionar a organismos internacionales, como la ONU, la OEA, la CARICOM, y a gobiernos de países influyentes, para que asuman su cuota de responsabilidad en la crisis haitiana, sin intentar cargarla exclusivamente sobre la República Dominicana.

Una vez logrado el consenso mínimo, deben comparecer juntos ante la Nación y enviar un mensaje de unidad, fortaleza y propósito patriótico. El pueblo dominicano necesita saber que sus líderes, aunque distintos en sus ideologías, son capaces de unirse en defensa de la Patria.

Si no logran dejar de lado sus diferencias y actuar de manera conjunta y decidida, las consecuencias no tardarán en hacerse sentir con una gravedad aún mayor que la actual:

Pérdida progresiva del control territorial en zonas sensibles del país.

Erosión de la identidad nacional ante la presión demográfica desordenada.

Incremento de la inseguridad y el crimen organizado, favorecido por redes migratorias irregulares.

Presión social insoportable sobre los servicios públicos, especialmente salud, educación y vivienda.

Radicalización de sectores de la población que, ante el vacío de liderazgo, podrían caer en el extremismo.

Aislamiento diplomático o imposición de sanciones internacionales injustas.

Una crisis política interna, alimentada por la desconfianza en las autoridades tradicionales.

Una mancha histórica irreversible sobre sus nombres y legados.

La historia será inflexible al juzgar a quienes, pudiendo actuar, eligieron el silencio o la inacción. Así como reconocemos a los grandes forjadores de nuestra independencia y restauración, también recordamos con amargura a quienes fallaron en los momentos decisivos.

La República Dominicana necesita su grandeza, no su pequeñez.

El tiempo de actuar es ahora. No mañana. No cuando el caos sea irreversible.

Por la memoria de nuestros padres fundadores, por el derecho de los dominicanos de hoy y de mañana a vivir en su tierra, con su identidad, sus derechos y su dignidad intactas, les suplico:
reúnanse, acorden, actúen.

No permitan que el peso de la historia caiga sobre sus hombros como una carga de traición a la Patria.

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