Los cinéfilos molestos pueden estar haciendo suposiciones incorrectas sobre por qué otros en el cine se ríen. Algunos miembros de la audiencia pueden reírse porque algo en pantalla es divertido, ja, ja; otros pueden reírse de incomodidad, sorpresa o reconocimiento; y otros podrían reírse para dar a entender que entendieron una referencia oscura. O tal vez la risa sea simplemente contagiosa.
«A veces escucho a alguien reír y luego me hace pensar, tal vez eso fue realmente divertido», dijo Jordan Linekar, gerente de contenido con y sin guión en Paramount, que ve películas en los cines de Los Ángeles cada dos semanas. «O a veces las risas de las personas son realmente únicas y yo me río de su risa».
En el libro “El efecto audiencia: sobre la experiencia cinematográfica colectiva”, el autor Julian Hanich, profesor de estudios cinematográficos en la Universidad de Groningen en los Países Bajos, define 10 tipos de risa cinematográfica. «En la oscuridad del cine se pueden oír risas agresivas, nerviosas, degradantes, evaluativas, embarazosas, escandalizadas, disgustadas, irritadas o contagiosas», escribe Hanich.
Ésos son los efectos secundarios de ser un voyeur entre extraños.
Aunque reír puede ser una respuesta humana (y reír por muchas razones), algunos dicen que la risa puede permitir al espectador evitar involucrarse con una película de manera significativa cuando las cosas en pantalla se vuelven intensas. Coburn dijo que ha notado que últimamente el público lucha por reprimir las risas cuando las películas presentan melodrama, como en las dirigidas por David Lynch o Douglas Sirk.
«La gente ya no sabe cómo responder a ese tipo de modo, porque es tan directo y tan empalagoso», dijo. «Creo que te estás privando de una parte realmente importante de la vida si no puedes permitirte dejarte llevar por una película sin mediar con la risa».
Al mismo tiempo, los espectadores que miran mal de ojo a personas que no comparten sus propias reacciones también pueden estar perdiéndose algo, dijo Dieringer de Screen Slate.
«A veces, cuando las películas intentan hacernos sentir una gama complicada de emociones, son susceptibles de ser mal interpretadas», dijo. “Pero creo que eso es parte de la experiencia de ver películas en salas de cine y sentir esas emociones no sólo sobre la película sino también sobre las reacciones de las personas que te rodean. Creo que eso es lo que hace que ir al cine sea realmente emocionante”.
