“Coma”, una película de terror con temática pandémica del director Bertrand Bonello, toma su título de uno de sus dos personajes enclaustrados que viven en Francia durante el confinamiento por el coronavirus. Patricia Coma (Julia Faure) es una influencer de las redes sociales cuyo canal se compone de vídeos instructivos surrealistas, monólogos filosóficos e informes meteorológicos (aunque no importa, «de todos modos no puedes salir», explica). .
La protagonista de Patricia es una adolescente anónima (Louise Labèque), de mal humor e introspectiva que pasa sus días confinada pegada a la pantalla.
No se deje engañar por las escenas pandémicas más convencionales, como las videoconferencias del adolescente con amigos: “Coma” traspasa los límites de la llamada película de encierro con su forma emocionante y caótica.
Al principio, aparentemente rastrea las interacciones en línea del adolescente: las extrañas misivas de Patricia y una comedia obscena interpretada por muñecos stop-motion. También vemos la pesadilla recurrente de la adolescente, en la que está atrapada en un bosque del purgatorio, así como imágenes de vigilancia en las que parece estar en la calle.
Con la fluida edición de Bonello, el desbordamiento gradual entre escenas y las intrusiones de la realidad misma (los tuits del entonces presidente Trump juegan un papel) parece aplanar el tiempo. Ciertamente, eso se ha convertido en un cliché en películas como “Locked Down” o “Inside” de Bo Burnham, pero el enfoque experimental de Bonello aporta un nuevo nivel de desesperación a esta versión comprimida de la realidad.
Como producción relativamente corta y minimalista, “Coma” juega como un aperitivo de la reciente epopeya de Bonello “La Bestia”, sobre la tragedia de personajes que carecen de libre albedrío. Patricia es una especie de evangelista de esta cosmovisión. Vende un juego de memoria electrónico, como Simon, al que el adolescente juega para matar el tiempo, pero que, como por alguna especie de magia oscura, parece que no puede perder.
La película comienza y termina con un mensaje subtitulado escrito por Bonello a su hija, a quien dedicó la película. Reconoce la desesperación única de su generación: la de los niños acostumbrados al cambio climático y los tiroteos en las escuelas; sus mejores años los pasaron en línea, atrapados en casa durante una pandemia global.
Este mensaje es también lo que hace que “Coma” supere los atributos de una película de encierro: puede que esté anclada en ese período, pero habla de una crisis existencial que define a muchos en este momento.
Coma
No clasificado. Duración: 1 hora 22 minutos. En los cines.