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domingo, mayo 19, 2024

Reseña de 'El Ministerio de la Guerra No Caballerosa': Guerra, poco exigente


Principio II: Hazlo repetitivo

Este también es un principio en la lista de lo que constituye una buena película en streaming. Es difícil evitar distracciones: perros, timbres, bocadillos en la cocina, Instagram. Las distracciones en los aviones son diferentes: vecinos molestos, rapsodias de los capitanes sobre la altitud, carritos de bebidas, ruido general. Es necesario un guión obvio y repetitivo, uno que siga los principios consagrados y perfeccionados por maestros y predicadores: diles lo que les vas a decir, luego diles, luego diles lo que les dijiste.

Esto sucede mucho en “El Ministerio de la Guerra Ungentlemanly”, que fue adaptada por cuatro guionistas del libro de no ficción “El Ministerio de la Guerra Ungentlemanly: Cómo los guerreros secretos de Churchill incendiaron Europa y dieron origen a las operaciones encubiertas modernas” de Damien Lewis. La banda de pícaros está liderada por Gus March-Phillipps (el bigotudo Henry Cavill), que es bueno con las armas y se niega a recibir órdenes. Reúne al experto en municiones Freddy Alvarez (Henry Golding), al capitán del barco Henry Hayes (Hero Fiennes Tiffin), al estratega Geoffrey Appleyard (Alex Pettyfer) y al cómicamente desgarrado danés Anders Lassen (Alan Ritchson); la actriz Marjorie Stewart (Eiza González) y el propietario del club principal de Fernando Po, el Sr. Heron (Babs Olusanmokun), también forman parte del equipo.

Al principio de la película, los líderes de la inteligencia británica, Churchill (Rory Kinnear), el brigadier Gubbins (Cary Elwes) e Ian Fleming (Freddie Fox), el futuro creador de James Bond, discuten la misión y su necesidad de cortar las líneas de suministro a los EE.UU. -barcos. Luego llaman a March-Phillipps y le explican la misión. Luego le explica la misión a su equipo, y si no estaba contando mal, se explica al menos una vez más.

En el último acto de la película (en el que dicho plan, como era de esperar, tuvo que cambiar un poco), March-Phillipps se reduce a quedarse parado narrando si el plan va bien o no. «Se suponía que eso no iba a suceder todavía», dice, cuando se suponía que algo no iba a suceder todavía.

Grandes fragmentos de diálogo expositivo son exasperantes si prestas atención. Pero si te perdiste de qué hablaba ese grupo de chicos porque pasó la bandeja de snacks, no te preocupes: lo volverán a decir más tarde.

Principio III: Bajar las apuestas

Sí, en realidad fue inmensamente importante quién ganó la Segunda Guerra Mundial, por razones que espero que todos comprendamos. Pero “El Ministerio de Guerra entre Caballeros” no aborda esas conversaciones con mucha ligereza. El odio de los personajes hacia los nazis está relacionado con los asesinatos de miembros de la familia, incluido un personaje con una familia judía. Pero la conversación más larga y detallada sobre lo que está en juego sugiere que si los alemanes ganaran la guerra, todos tendrían que comer salchichas, repollo y pan integral para siempre, y nadie querría eso.



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