Es una historia tierna, llena de momentos tiernos, y saber que los padres y la hija del elenco principal son una familia en la vida real aumenta la calidez. Hay una complejidad en sus conversaciones, la forma en que sus interacciones nunca son de una sola nota (como suelen ser los padres y los adolescentes en las películas), que se puede sentir que tiene sus raíces en la vida real. Al final de la película, su vínculo emocional lleva la historia. Tenga algunos pañuelos a mano.
En algunos lugares, “Ghostlight” puede parecer un poco artificial. Al principio de la película, después de haber conocido al grupo de teatro pero perplejo por el lenguaje de Shakespeare, Dan entra a la habitación de Daisy y le pregunta: «¿Conoces esta obra 'Romeo y Julieta'?». Lo dice como si no estuviera seguro de que su hija, que ha tomado inglés avanzado y vive para el teatro, pegando Playbills en la pared, sabrá de lo que está hablando, ya que él apenas lo sabe. Es un momento que se siente falso; No estaba seguro de si se suponía que Dan no conocía “Romeo y Julieta” porque no prestó atención a nada en los últimos 50 años de su vida o porque es un trabajador de la construcción. Más tarde, Daisy, que puede citarla palabra por palabra y le encanta la película de Baz Luhrmann, aunque “es vieja”, tiene que explicarle lo que sucede al final de la obra. «He aquí una pista: es una tragedia», dice.
De hecho, conocer la trama de “Romeo y Julieta” es importante para seguir el arco emocional completo de “Ghostlight”, así que entiendo el impulso. Pero se siente torpe, al igual que el primer encuentro de Dan con el grupo de teatro y su decisión de regresar. No imposible. Sólo distrae.
Sin embargo, al final, “Ghostlight” me convenció, en parte porque el tema del teatro como terapia adquiere un significado más profundo y rico a medida que se desarrolla la trama. Parte del poder de las obras de Shakespeare proviene de su infinita capacidad de reinvención: su capacidad para ser reescenificadas en cada cultura y encontrar allí una nueva resonancia. “Ghostlight” juega con esto mientras teje una historia propia, argumentando que el atractivo del teatro no proviene de su trama, sino de la forma en que se nos invita a participar en ella, ya sea actor o público. Al representar una obra, nos ponemos en el lugar de otra persona, y si se nos da bien empezamos a entender un poco más quiénes son. Si lo estamos viendo bien, también habitamos su mundo.
luz fantasma
Clasificación R por cierto lenguaje y temas shakesperianos maduros y tristes en torno a la muerte. Duración: 1 hora 50 minutos. En los cines.