Ridgewood, Queens, fue categorizado como el cuarto vecindario más genial del planeta y el barrio más fenomenal de América del Norte, por la publicación Time Out, el año pasado.
Nosotros lo exploramos y sus residentes nos cuentan porque este sector es único y cómo ha cambiado en las últimas dos décadas.
“Aquí la gente tiene un compañerismo como entre familia”, dijo el vecino Pedro Julio.
“Todo el tiempo estamos ayudándonos, echándonos la mano”, agregó Isabel Ponce, negociante.
Ridgewood, ubicado en la frontera entre Queens y Bushwick, Brooklyn, tiene una población de alrededor de 70 mil residentes.
“Primeramente cerca a todo, tenemos la avenida principal donde hay todos los necesarios los mercados, los bancos y toda esa cosa y también tenemos aquí el acceso a casas semi privadas y una comunidad muy organizada”, explicó el padre Mike Lopez, fundador de Hungry Monjes.
“Mucha transportación, para el tren, para ir a Manhattan”, dijo por su parte Olga Hernández, otra vecina.
Uno de los cambios más notables es la presencia latina en el vecindario.
En 2000 la población hispana representaba un 28 por ciento y ahora es de casi el 50 por ciento según datos de la ciudad.
Operan una gran cantidad de negocios, organizaciones, y suman gran fortaleza a la fuerza laboral del vecindario.
En 2021 fue la primera vez en la historia de Ridgewood que una mujer hispana representó al vecindario como concejal, Jenniffer Gutiérrez, hija de padres colombianos.
«En cuanto a la infraestructura del vecindario, los cambios son palpables», dijo la concejal.
Durante las últimas décadas, cientos de fábricas textiles cerraron.
“Recuerdo que había más de 450 fábricas textiles en Ridgewood, Glendale Middle Village, Maspeth y Bushwick y todas eran pequeñas, de 15 a 30, 40 empleados”, contó Ted Renz, director ejecutivo del distrito comercial de Myrtle Avenue.
Ya para principios del 2000 la mayoría de estas fuentes de empleo se mudaron a otros estados y países para reducir costos.
Ahora los edificios donde operan estas fábricas se han transformado en edificios de vivienda, restaurantes, espacios dedicados al arte y bares.
“Es como ahora hay más barras, más restaurantes, más movimiento, más economía, más comercio para el área”, dijo Néstor Vásquez, residente de Ridgewood por más de veinte años.
Mientras… algunos pequeños negocios han tenido que reestructurarse para acomodar las necesidades del vecindario.
Tal es el caso de una agencia de taxis, la cual tiene casi 30 años. Las nuevas aplicaciones de transporte como Uber y Lyft le dieron un golpe fuerte, el cual sobrevivirá.
Y tras la pandemia su local se usa como un mercado comunitario para los más necesitados.
“El cambio fue para bien. Los espacios están ocupados realmente por algo que la gente necesita y eso no estorba”, dijo Antonio Vaca, dueño de Fenix Car Service y activista comunitario.
El padre López empezó repartiendo comida a los más necesitados en un camión y tras la pandemia pasó a operar una de las despensas más grandes de Queens. Esta suplía alimentos a miles de familias durante los momentos más críticos del Covid 19.
“Tenemos a muchas personas que están aquí involucradas en lo que estamos haciendo y sentimos el apoyo de la comunidad».
Algunos negocios se han mantenido a través de los años, como el restaurante Guadalajara.
Aquí se distinguen por el sabor tradicional mexicano.
“Orgulloso, me entiendes de estar aquí todavía en Ridgewood”, dijo Isabel Ponce.
Angela’s Bakery es otro negocio hispano que se ha mantenido por más de 30 años.
“Es como mi casa. Aquí he comprado el bizcocho para el cumpleaños de cada uno de mis hijos», dijo Rosa Gonzales.
Y entre los negocios icónicos de Ridgewood está Rudy’s Bakery el cual ha permanecido debutando con sus postres y pasteles por más de 80 años.
A medida que crece la popularidad del vencindario crece, tambien aumenta el costo de alquiler.
Algo que está atrayendo a más personas jóvenes solteros, quienes en su mayoria comparten un mismo apartamento, y al mismo tiempo está dificultando que los nuevos padres de familias puedan pagar su alquiler.
“Por supuesto que nos gustaría tener personas solteras, pero las familias son a menudo la estabilidad de una comunidad”, dijo Gary Giordano, presidente de la junta comunitaria de Ridgewood.