Así quedó este sitio de construcción luego de que un grupo de trabajadores hispanos saliera corriendo cuando agentes de la patrulla fronteriza llegaron justo a la hora del almuerzo para hacer arrestos. Como lo muestran estas imágenes del medio local Hambalaya News Louisiana.
Algunos incluso se subieron al techo tratando de escapar.
«Se resistieron, pues no quisieron bajar. Uno de ellos era mi primo, pero mejor se bajó porque no quería salir lastimado», dijo un testigo.»Lamentablemente se lo llevaron».
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Todo esto es parte de un nuevo operativo federal de control migratorio en Nueva Orleans, enfocado, según el dicho de las autoridades, en inmigrantes acusados de crímenes violentos.
“Estamos hablando de criminales que ya estuvieron bajo custodia local: pedófilos, ladrones, pandilleros, violadores… vamos a continuar, así lleguemos a cinco mil arrestos o más”, dijo la subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin.
Esta ofensiva se suma a operativos en Chicago y Charlotte.
“La comunidad está informando si ven a alguien en cierta avenida… mandan fotos, videos… pero igual hay bastante consternación”, dijo Michelle Aguirre, directora de prevención y educación, Coalición la Voz de la Comunidad.
El impacto también se siente en las calles.
«En muchos negocios pequeños, medianos y compañías. Compañías de construcción han dejado paradas las obras. Así que vamos a ver en las próximas semanas», agregó Aguirre.
No se sabe cuántos agentes participantes. El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, anticipó que la Guardia Nacional podría unirse antes de Navidad y publicó que el FBI y la Policía Estatal colaborarán para prevenir ataques contra agentes.
En paralelo, grupos pro inmigrantes piden que se declare inconstitucional una ley estatal que, según los críticos, podría castigar protestas y silenciar a quienes cuestionan estas redadas.
Y la alcaldesa electa Helena Moreno dice que le comunicó al gobierno del estado que los crímenes violentos han bajado y que enviar a la Guardia Nacional no ayuda a perseguir a los ofensores más peligrosos.
«Lo que realmente necesito es más oficiales de libertad condicional y también más fiscales federales. Si pudiéramos recibir más apoyo en esas áreas, eso sí sería de gran ayuda», dijo Moreno.
Funcionarios federales han acusado a Nueva Orleans de ser una “ciudad santuario”, algo que las autoridades locales niegan. La jefa de Policía de la ciudad insiste en que las leyes migratorias son un asunto civil que no les corresponde.
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