Yohandre Manares Palmar es solicitante de asilo. Nos cuenta que camino a pie durante 6 semanas desde Colombia a través de la frontera. Más tarde lo subieron a un autobús en Texas y lo enviaron a Nueva York.
“Pasar hambre, enfermedad. Quería morir No quería vivir», dice Manares.
El joven de 25 años dice que el trauma continuó cuando llegó aquí en agosto y fue enviado a un albergue.
“Es como si fuera una prisión o algo así. En otras palabras, algo que está en muy malas condiciones”, agrega este inmigrante.
Franklin Julio también se sintió inseguro allí.
“Gente por ahí fumando y uno está nervioso porque uno viene de un trauma para entrar en otro trauma…”, comenta.
Pronto encontré alivio y cuidado a través de Camille Napoleón. Ella es voluntaria recibiendo migrantes en la terminal de autobuses Port Authority.
Los dos hombres la llamaron después de llegar a ese albergue.
Camille Napoleón aloja a solicitantes de asilo y dice:
“A varias horas de estar allí, recibimos la llamada de que el lugar no estaba adecuadamente sano y salvo para recibirlo. E instintivamente le dije que no se moviera, me voy».
Ella los invitó a quedarse en su casa, proporcionándoles comida y refugio. Y han vivido con ella desde agosto.
Desde entonces, más de 40 inmigrantes se han quedado con ella, pero no al mismo tiempo, muchos de los cuales solo se quedan unos días hasta que se encuentran algo más estable.
“Si no estás ayudando, en realidad no estás viviendo. Uno tiene que ayudar. Entonces ayuda a tu prójimo», continúa explicando Napoleón.
Estos dos hombres huyeron de Colombia luego de enfrentar amenazas por denunciar la corrupción del gobierno.
Son dos de los miles de migrantes que la ciudad está tratando de ayudar.
El último esfuerzo del alcalde Eric Adams, en asociación con los Servicios Interreligiosos para Desastres de Nueva York, permite que 50 permanezcan religiosas brinden refugio para pasar la noche.
Estiman ayudar a mil hombres migrantes
Julio y Manares-Palmar están agradecidos de haber encontrado seguridad con Napoleon: “Tengo mi trabajo gracias a Dios y colaboro aquí con mamá Camila”
“Dios nos ha premiado y hablo en plural por todos mis hermanos, nos ha premiado con una excelente madre que fue quien nos recibió en Nueva York”.
La mamá llama y ella los llama sus hijos. “Planeo hacer esto hasta el día en que el Padre Celestial me diga que vuelva a casa”, afirma Napoleón, quien no tiene planes de dejar de ayudar.