Un grupo de investigación de la Universidad de Nuevo México ha identificado cómo una planta prehistórica inusual puede proporcionar nuevas formas de interpretar las antiguas condiciones climáticas de la Tierra.
Dirigido por el profesor de Ciencias Planetarias y Terrestres de la UNM, Zachary Sharp, el equipo publicó sus hallazgos en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS). El estudio, titulado «Fraccionamiento extremo de triple isótopo de oxígeno en Equisetum», examina las colas de caballo, que son plantas de tallo hueco que existen en el planeta desde hace más de 400 millones de años. Los investigadores descubrieron que a medida que el agua se mueve a través de estas plantas, experimenta una filtración natural tan intensa que sus firmas de isótopos de oxígeno se vuelven similares a las observadas en meteoritos u otros materiales extraterrestres.
«Es un cilindro de un metro de altura con un millón de agujeros, igualmente espaciados. Es una maravilla de la ingeniería», dijo Sharp. «No se podría crear algo así en un laboratorio».
El comportamiento inusual de los isótopos revela una nueva herramienta climática
Los resultados del equipo ayudan a aclarar antiguos enigmas relacionados con las mediciones de isótopos de oxígeno en plantas del desierto e introducen un método valioso para reconstruir el clima en regiones secas.
Los isótopos de oxígeno funcionan como trazadores, lo que permite a los científicos aprender sobre las fuentes de agua, la transpiración de las plantas y la humedad atmosférica. Los isótopos más pesados son raros, lo que dificulta predecir cómo cambian sus proporciones en condiciones ambientales reales.
Para investigar este proceso, el grupo de Sharp recolectó colas de caballo lisas (Equisetum laevigatum) a lo largo del Río Grande en Nuevo México. Rastrearon cómo cambiaban los valores de los isótopos de oxígeno desde las secciones inferiores de las plantas hasta las partes superiores. Las muestras más altas produjeron lecturas extremas que anteriormente parecían estar fuera de cualquier rango conocido en la Tierra.
Las firmas similares a las de un meteorito atraen la atención mundial
Sharp presentó el trabajo en la Conferencia de Geoquímica Goldschmidt en Praga el pasado mes de julio.
«Si encontrara esta muestra, diría que proviene de un meteorito», dijo Sharp durante la conferencia. «Pero, de hecho, estos valores bajan a niveles increíblemente bajos».
Los datos recién recopilados permitieron a los investigadores actualizar sus modelos, ayudando a explicar resultados de isótopos inusuales encontrados en otras especies del desierto. Sharp cree que estos modelos refinados también podrían ayudar a los científicos a comprender mejor el comportamiento climático antiguo.
Los registros fósiles preservan la humedad de la era de los dinosaurios
Las colas de caballo fósiles, que alguna vez crecieron hasta 30 metros de altura, contienen pequeñas partículas de sílice llamadas fitolitos. Estas estructuras pueden conservar firmas isotópicas durante millones de años. Según Sharp, los fitolitos funcionan como un «paleohigrómetro», o una forma de medir la humedad antigua.
«Ahora podemos comenzar a reconstruir la humedad y las condiciones climáticas de los ambientes que se remontan a cuando los dinosaurios vagaban por la Tierra», dijo.
Esta investigación amplía las contribuciones de la UNM a las geociencias y destaca las colas de caballo, algunas de las plantas supervivientes más antiguas del planeta, como guardianes de registros inesperados pero poderosos de la historia climática de la Tierra.



