Reuters
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director estadounidense Woody Allen presentó su película número 50 en el Festival de Cine de Venecia el lunes, diciendo a los periodistas que había tenido una “vida muy, muy afortunada”, sin hacer referencia a los escándalos que han perseguido sus últimos años.
«No he tenido más que buena suerte y espero que dure, aunque obviamente es temprano esta tarde», dijo a los periodistas antes del estreno de su primera película en francés, «Coup de Chance».
“Tuve dos padres amorosos, tengo buenos amigos, tengo una esposa y un matrimonio maravillosos y dos hijos. En unos meses cumpliré 88 años. Nunca he estado en un hospital. Nunca me ha pasado nada terrible”, afirmó.
El director cuatro veces ganador del Oscar por “Annie Hall” y otras comedias ha tenido una vida personal turbulenta que lo ha visto cada vez más rechazado por muchas celebridades y ejecutivos de Hollywood.
Llegó a los titulares en la década de 1990 tras su romance y matrimonio con Soon-Yi Previn, la hija adoptiva de su ex amante, Mia Farrow, así como las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva Dylan Farrow. Él siempre negó las acusaciones y nunca fue acusado.
Allen y Previn, que tienen una diferencia de edad de 35 años, todavía están casados y tienen dos hijas adoptivas.
En una entrevista separada con Variety al margen del festival de cine, Allen dijo que apoya el movimiento #MeToo, que ha generado una intensa atención sobre la conducta sexual inapropiada en la industria del entretenimiento. Pero añadió que también podría volverse «tonto… cuando es demasiado extremo».
El Festival de Cine de Venecia fue denunciado por algunos críticos por darle a Allen un lugar prestigioso para su nueva película, y un pequeño grupo de manifestantes se manifestó ruidosamente cuando llegó a la alfombra roja antes del estreno de su película, coreando “abusadores” y peleándose con policía.
Las llegadas a la alfombra roja continuaron sin obstáculos y el grupo pronto fue retirado de delante del cine Lido, dijeron testigos.
Allen originalmente tenía la intención de contratar actores estadounidenses para los papeles principales, pero dijo que siempre se había inspirado en los cineastas europeos, por lo que estaba feliz de cambiar de idioma, aunque no habla francés.
“Fue muy sencillo. Si ves una película japonesa, puedes darte cuenta si la actuación es buena, realista y natural, o si es dramática, tonta y demasiado exagerada. Aquí pasa lo mismo”, dijo.
Como muchas de sus películas, “Coup de Chance” se inspira en los temas del amor, el adulterio y la muerte. Sin embargo, Allen dijo que no valía la pena pensar demasiado en la muerte.
“No hay nada que puedas hacer al respecto. Es un mal acuerdo y uno está atrapado en él”, dijo.
Allen ha sugerido anteriormente que “Coup de Chance” podría ser su última película. Sin embargo, el lunes dijo que tenía una buena idea para una historia basada en su Nueva York natal y que la haría si podía encontrar un patrocinador dispuesto a aceptar sus términos: no leer el guión ni saber a quién había elegido.
«Si algún tonto acepta eso, entonces haré la película en Nueva York», dijo.
