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sábado, julio 27, 2024

A Leonel hay que entenderlo

El autor es escritor. Reside en Nueva York

Algunos de mis amigos, compañeros de tertulia que regularmente nos reunimos a la sombra de un buen tinto -aunque no sea de La Rioja- se empeñan en recriminarme porque supuestamente, yo no le saco el guante de la cara al expresidente Fernández. Y puede que tengan algo de razón, pero es muy poca, porque yo veo al dueño de la FUPU con algo de nostalgia, debido a que en cierta época de mi vida pensé que él pudo haber sido mi líder. En realidad, ellos no aceptan la idea de que yo simplemente soy un ex leonelista decepcionado  .

El santo se me cayó del altar cuando el susodicho afirmó que Hilary Clinton no tenía la más mínima posibilidad de perder las elecciones frente a Donald Trump en el 2016. La afirmación, bastante temeraria por cierto, me pareció algo impropia de un político que todos creían era poseedor de un nivel muy alto de “información confiable”, debido a su condición de expresidente y de su inusual declaratoria de ser “el más conceptualizador” de todos los dominicanos.

Leonel Fernández

Desde ese momento, empecé a ver al expresidente con menos entusiasmo y a reparar en las opiniones políticas que él hacía públicas. Sin embargo, interpreté que lo dicho sobre  la candidatura de Hilary, más que a desconocimiento por parte de Leonel de la realidad electoral norteamericana, se debía a la necesidad de cumplir con un aliado al que se le deben favores diversos, aunque -al pagar tales favores- se pusiera en juego su credibilidad y su tan cacareada capacidad de analista internacional.

Ya con el germen de la duda dentro, me resultó muy lógico y hasta conveniente, iniciar el proceso de reevaluar mi opinión sobre quien, alguna vez, pudo haber sido mi líder. Desde luego, esta historia solo la he compartido con mis amigos y con miembros de mi familia que se interesan en asuntos políticos; y la razón es que, en lo personal, a mí no me produce ningún placer hablar de mis decepciones y menos si son tan triviales. Fue algo así como “un mal paso que di en algún momento”.

El problema es que con la campaña electoral criolla entrando a su fase definitoria, yo veo que los pronunciamientos políticos se hacen cada día más temerarios y mordaces, porque ciertos candidatos juegan al olvido y pretenden insuflarle ese mismo comportamiento a los votantes. Entonces, se cae de la mata explicar el porqué de esta andanada de sandeces que usted oye diariamente.

Por eso es el título de este trabajo que hoy presento a su consideración. “A Leonel hay que entenderlo”, aunque no creerle, ni apoyarlo tampoco; porque de pronto, él está en una situación extremadamente complicada. Tan complicada que, sabiendo que el equipo que lo acompaña representa el pasado mas oscuro del ejercicio político criollo, él pretende validarlo como “innovador y futurista”.

Para muestra un botón ¿cómo puede Guillermo Guzmán Fermín aportar algo positivo a la Policía Nacional, si él mismo es responsable del deterioro de ella?

Es evidente, Leonel Fernández está en una encrucijada donde todo le perjudica. Por un lado, “debe oponerse a todo lo que diga o haga Luis Abinader” para mantener el 22% de apoyo electoral que tiene; y por el otro, si respalda las políticas del gobierno, Luis Abinader aumenta el 54% que hoy lo respalda. Eso es “palo si boga y palo si no boga”.

El Presidente ha demostrado una destreza ejemplar en la búsqueda de su segundo mandato; “todas las propuestas que ha hecho tienen las características de la mocha de picar caña de los braceros haitianos: cortan bajando y cortan subiendo, o sea, tienen filo de los dos lados”.

Les cuento, cuando Luis decidió cambiar el estilo de operación nuestro en la frontera, la oposición respondió automáticamente: oponiéndose; pero solo fue brevemente, porque si continuaban, tendrían a la población votante en contra.

Ha transcurrido casi un año desde que el Presidente Abinader le dijo al país: “La frontera ya no será igual” y hoy, la figura del Presidente es imbatible desde Montecristi hasta Pedernales. Incluso, tuvieron que apoyar la medida en el Congreso -claro, siempre a regañadientes- porque negarse sería peor.

Tema haitiano

Con el tema del canal sobre el río Masacre y la suspensión del mercado binacional de Dajabón, se frotaron las manos y alentaron las protestas de los comerciantes de aquí y de allá. Propagaron la falsa idea de que “sin Haití los dominicanos no tenemos futuro” y aún sostienen que eso de identificar a cada persona en la frontera, con foto y huella digital (biométricamente) es una “metida de pata del inepto gobierno de Abinader”.

El sentido común triunfó y hoy el mercado funciona, se identifica a los comerciantes que vienen de Haití, se controla su radio de acción y el mundo no se acabó. Se impuso la mano firme del gobierno del Presidente dominicano. Como tenía que ser.

El asunto del narcotráfico, es verdad que es una de nuestras grandes debilidades. Ellos buscan el poder político para protegerse, se presentan como candidatos y hasta ganan una que otra curul. Hay traficantes en todos los partidos y en todos los gobiernos, ahí está la historia. La diferencia es que ahora se incauta la droga y los traficantes caen presos. Antes eso nunca pasaba ¿por qué?, después me cuentan.

Mi amigo Domingo Grullón “El Muñecón o La Dulzura” destacado disk jockey de la 89.3 FM Digital en NYC, me sacó de dudas sobre Fernández con el siguiente razonamiento: “Jabalí, tú te pierdes en lo claro, Leonel es como un boxeador que pelea contra Tyson y está perdiendo claramente en el último round. Si se defiende para que no le ganen otro round, perderá seguro por decisión y ¿qué decide?, que se va al cambio de golpes con ese monstruo de Tyson, buscando un golpe de suerte. Pero ¿qué sucede realmente?, que la suerte la necesitará para salir vivo del ring. En esta comedia Luis es Mike Tyson, ¿tú comprendes?”

Yo no esperaba esa profundidad de pensamiento de mi amigo de Baracoa, Santiago RD y me sorprendí con lo exacto de la recreación. Leonel sabe que no puede hablar ni defenderse de nada, pero también sabe que si deja las cosas como están Luis no solo le gana sino, que le pone fin a su carrera. Por eso es que habla hasta por los codos.

¡Vivimos, seguiremos disparando!

jpm-am

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