Los Lakers no levantan la cabeza. En realidad, da igual donde se lea esta temporada, un fracaso constante para los angelinos, que se mantiene en el noveno puesto de la Conferencia Oeste gracias al demérito de sus rivales, pero no a que estén haciendo demasiadas cosas bien. De hecho, no paran de sucederse las derrotas y todo parece indicar que el mayor deseo de la plantilla en estos momentos es que la temporada se acabe cuanto antes. No encadenan más de dos victorias consecutivas desde el pasado 7 de enero (cuando sumaron cuatro), no tienen ningún tipo de plan, han contado con la rajada de LeBron James en el All Star y han filtrado que Russell Westborok no seguirá el año que viene y que le buscarán salida en verano. Es decir, todo mal.
Eso sí, y esto es innegable, los Lakers se han tenido que enfrentar también a muchas bajas este curso. El coronavirus golpeó al equipo antes de Navidad igual que al resto de franquicias, pero las lesiones han sido una constante y han afectado a prácticamente todas las estrellas del equipo a excepción de Russell Westbrook. No hay continuidad, Frank Vogel no cuenta con las piezas que desea y las continuas ausencias solo han provocado que el decaído ánimo de un equipo vanidoso sin motivo desaparezca, si alguna vez ha existido, por completo. Y que las únicas victorias lleguen de la mano de un LeBron James que tiene que hacer auténticas exhibiciones para que los Lakers puedan ganar partidos. Y que, a pesar de ello, no está cuajando precisamente una buena temporada.
El que más ha sufrido este desgraciado hecho ha sido, claro, Anthony Davis. El hombre de cristal, que lleva arrastrando problemas físicos desde inicios de curso es también, ya se sabe, uno de los mejores jugadores de la Liga cuando está sano. Algo que, en los Lakers, solo experimentaron en su primer curso, fraguado con el anillo de la burbuja. Ahora, Davis se encuentra en su enésima lesión del curso, en el pie derecho, y no juega desde el 16 de febrero. Y lo peor no es eso: el jugador interior ha disputado 37 de 67 partidos posibles y, con 15 encuentros para el final, es posible que no le de tiempo a volver a tiempo para el final de curso. «100% tal vez«, ha asegurado Frank Vogel tras la derrota ante los Suns, un nuevo bochorno en forma de paliza que les deja con peor récord, ya de forma matemática, que en la malograda 2012-13 (45-37) o en la 2005-06, cuando Kobe Bryant lideró en solitario una plantilla con calidad cuestionable.
El entrenador de los Lakers ha informado de que Davis empezará hoy mismo a hacer ejercicios en pista, por lo que su retorno no será inmediato. Algo que pone en peligro su participacion en una temporada regular a la que apenas le quedan 15 partidos. Un problema más para unos Lakers que parece que sí entraran en el entrada (está muy barato) y que a buen seguro intentarán que su estrella esté lista para ese momento y, al menos, disputar los playoffs. Ya se sabe, para que el bochorno no tenga una dimensión más épica todavía. Tal y como está la temporada, es a lo mejor que pueden aspirar los Lakers. Con Davis o sin él. Asi estan las cosas.