Facundo Campazzo había jugado poco más de 3 minutos de forma combinada en los últimos cuatro partidos. Su situación se estaba complicando en demasía en la NBA: cada vez menos tiempo en pista, nada de continuidad y una reducción manifiesta de su protagonismo incluso sin Jamal Murray, justo en el momento en el que más debería haber emergido. Y, tras una tortura china constante que ha incluido rumores de que le situaban fuera de los Nuggets en el mercado, Campazzo ha aparecido y ha demostrado que puede jugar en la mejor Liga del mundo. Ojo, que nadie lea lo que no está escrito: ni ha mutado en Magic Johnson ni se ha convertido en la mejor base de la Liga. Ni siquiera se ha ganado un hueco, a priori, en la rotación de Mike Malone. Pero su actuación ante los Celtics es un bálsamo y podría, ya veremos, darle más minutos en los próximos compromisos del equipo de Colorado.
de momento, lo que es: 14 puntos, 4 rebotes, 3 asistencias, 1 robo y 1 tapón en más de 29 minutos. Es su mayor anotación desde el 13 de enero ante los Blazers (18) y no había pasado tanto tiempo en pista desde el 3 de enero, ante los Mavericks. Campazzo explotó en el segundo cuarto con 9 tantos y disputó el periodo final entero, los 12 minutos sin descanso y como voto de confianza por parte de Mike Malone, un entrenador al que le gusta jugar con dos bases pero que no ha contado demasiado con el argentino (otro síntoma negativo). de una forma u otra, Campazzo se redimió parcialmente en un encuentro que los Nuggets perdieron en Boston (108-12O)tras un último cuarto en el que se atascaron en exceso (32-23) ya pesar de la majestuosa actuación de Nikola Jokic (23 puntos, 16 rebotes y 11 asistencias).
Por otro lado, lo que no es: a los Nuggets no les vale lo que tienen para asaltar el anillo (veremos cómo y cuándo vuelve Jamal Murray), Jokic desgasta mucho y toca el balon en casi cada jugada (abusó del triple por cansancio y se fue a 3 de 10, además de cometer 9 pérdidas), las rotaciones son cortas y las bajas más escasas que cuando estalló el gran brote de coronavirus de esta temporada, pero muy importantes. Ante los Celtics faltaron Michael Porter Jr., Jamal Murray, Vlatko Cancar y Monte Morris. Fue, de hecho, esta última ausencia la que permitió que Campazzo contara con más minutos. Si Jokic se fatiga se nota mucho, la seguridad de balón disminuye (hasta 21 pérdidas) y la segunda espada, Aaron Gordon (17+6+2, con 3 robos) está muy lejos de la primera y, en ocasiones, se diferencia mucho de la tercera. En definitiva, los Nuggets son lo que son, compiten muy bien, juegan, luchan, pelean y no son lo que no son. Ni, por estilo, pretendo serlo. Y sigue, ojo con ello, en una muy meritoria sexta plaza en el Oeste (30-25).
El rival de los Nugges, eso sí, era de cierta altura. Al menos, en la parte en la que nos encontramos de la temporada: los Celtics han sumado su séptima victoria consecutiva, novena en los últimos 10 partidos. Por fin parece que se empiezan a ver ciertas cosas para Ime Udoka y que Jayson Tatum y Jaylen Brown han dejado de dar saltos de evolución e involución cualitativa enormes con los que pasaban del cielo al infierno de un partido a otro. Las cosas se han vuelto más regulares, el séptimo puesto del Este (han pasado del 25-25 al 32-25, muy bien) puede ser incluso un sexto (están a medio partido de los Raptors) que les permite evitar el entrada y parece que las cosas funcionan, aunque el techo en playoffs sigue siendo más bajo que alto. El mal partido de Jaylen (4 de 17 en tiros para 12 puntos) fue compensado por los 22 tantos y 5 robos de Marcus Smart, además de los 24+6+5+3 de Tatum. Y, a pesar de ello, emoción hasta el final, 10 cambios de líder en el marcador y 8 empates. Mucha especulación ante un rival que no tuvo su día… pero victoria para los Celtics, que hace unos meses perdían este tipo de partidos. Un pequeño y, a la vez, gran cambio.