No ha empezado bien la temporada para Denver Nuggets, un equipo cuya temporada es de difícil evaluación previa por la grave lesión de rodilla que sufrió Jamal Murray, el escudero de Nikola Jokic, el pasado 12 de abril. Una desgracia que no solo estropeó una temporada de aspecto fabuloso (especialmente desde la llegada de Aaron Gordon en el mercado invernal) sino que comprometió la siguiente, la que ahora se está jugando. Como además el calendario iba tardío por las cosas de la pandemia, los Nuggets no podrán contar con el genial creador de juego canadiense hasta la primavera. Veremos en qué punto y en qué condiciones. Los playoffs comienzan el 16 de abril, un año y cuatro días después de la lesión de Murray.
Nikola Jokic está jugando otra vez con sensaciones de MVP. Cada vez más inteligente y más móvil en defensa (donde ya dejó de ser un problema la temporada pasada), su despliegue en ataque es una de las mayores delicias de la NBA actual. Su promedio de asistencias ha bajado (de 8,3 a 5,6) porque, en esencia, sus compañeros son incapaces de meter un tiro. Sin Murray, los Nuggets resistieron de forma admirable la pasada temporada y se cargaron a los Trail Blazers antes de estrellarse (4-0) con Phoenix Suns en semifinales del Oeste. Ahora la cosa pinta peor, un paréntesis provocado por una lesión capital en pleno todo dentro: Murray juega con una extensión de 170 millones de dólares por cinco años; Aaron Gordon amplió cuatro años y 92 millones y Michael Porter Jr firmó una extensión de contrato rookie por cinco temporadas y una cifra que basculará de un suelo de 172 millones a un techo de 207. Todo depende de si entra en los Todos los equipos de la NBA, cosa que está muy lejos de hacer: de sus 19 puntos por noche de la pasada temporada a 10,9. De un 44,5% en triples a un 21,7%. En atrapar y disparar, un arma esencial la pasada temporada para aprovechar los pases imposibles de Jokic, anotó el 46,5% de sus triples con 4,7 lanzados de media. Ahora está en un 27,3 con 3,1. Tira más tras bote, en acciones individuales, pero también peor: 2,3 lanzados con un triste 25% (36,5% el pasado curso).
Los Nuggets (4-4) tienen el 26º ataque por clasificación, uno de los cinco peores de la NBA. Sería el más bajo para ellos de los últimos seis años. El clasificación defensivo es el cuarto, y sería el mejor de la franquicia en 45 años. Pero este dato también tiene truco Jokic: la defensa es 14,5 puntos porcentuales mejor con el serbio en pista, lo que sería en partidos completos la mejor cifra de la historia de la NBA. Los rivales no anotan ni un 39% de sus tiros en jugadas de recoger y rodar defendidas por el pívot, que está acumulando una carga salvaje de responsabilidad en pista. Tanto que Michael Malone, con una candidez poco habitual, ha reconocido que tiene charlas con su estrella porque no quiere que sienta que lleva «el peso del mundo sobre sus hombros»: “En cuanto él se sienta, todo se va al traste. En el último partido tuve que meterlo antes de lo previsto en el último cuarto y me dio pena ver su cara, como si dijera ‘¿ya?’ Si seguimos así, va a estar reventado en Navidad ”.
Murray no está, Porter Jr se ha metido en un laberinto, Will Barton y Aaron Gordon tienen que hacer más de lo que conviene y el banquillo es un desastre absoluto. Con unos 25 puntos por partido, el lote de reservas de los de Colorado es el penúltimo de la Liga en anotación. JaMychal Green, fiable la temporada pasada, y Jeff Green, que brilló en los Nets, están a un nivel bajísimo, especialmente cuando comparten pista. Bol Bol vuelve a estar sin minutos, y en la rotación exterior se ha fundido Austin Rivers y están por debajo de lo esperado tanto PJ Dozier como un Facundo Campazzo que ha bajado drásticamente sus números. La pasada temporada jugaba casi 22 minutos por noche y promedió 6,1 puntos, 3,6 asistencias, un 38% en tiros, un 35% en triples y un 88% en tiros libres. Ahora está en 17,5 minutos con 3,4 puntos, 1,9 asistencias, un 37,5% en tiros, un pobre 21% en triples y un 75% en tiros libres.
El tope de minutos del base argentino está en 20 minutos, techo que solo ha alcanzado una vez. En los últimos cuatro partidos solo ha sumado, en total, 9 puntos y 3 asistencias. Mientras, emerge el rookie Huesos Hyland, un escolta anotador que se ha ganado ya a la afición de los Nuggets. Sin Jamal Murray, el base titular es Monte Morris, que volverá a ser suplente cuando esté otra vez en pista en canadiense. Serán menos minutos a repartir en un panorama que puede acabar siendo complejo para un Campazzo que ha formado en muchas malas segundas unidades en pista con Dozier, JaMychal Green y algunos de los titulares. Si coincide con Jokic, tiene el segundo peor diferencial en pista (le supera JaMychal). Cuando no está el serbio en pista, el dato de Campazzo es el peor de su equipo. Con muchos problemas para anotar y sin confianza ahora mismo en su tiro, el ex del Real Madrid sigue poniendo energía constante (eso no falta nunca) y una dirección que brilla menos con rotaciones que se atascan mucho en ataque. Es pronto, pero el comienzo de su segundo año NBA está, por ahora, lejos de las buenas sensaciones de su ingreso en la Liga. Le toca remar y salir adelante. Algo que, por otra parte, ya ha sabido hacer muchísimas veces.